Los aliens renacen

Portada Aliens La etapa original

Panini Cómics nos ha dado una gran alegría con la publicación de un recopilatorio de la etapa original de la serie Aliens. Hablamos de las historias publicadas a finales de la década de los ochenta (concretamente en 1986) por Dark Horse. Estos cómics nacieron como respuesta al enorme éxito de la película Alien el octavo pasajero. Este hecho trajo consigo que, como veremos más adelante, se optó por desarrollar algunos de los elementos planteados en las películas, pero no desarrollados.

Una buena parte del impacto de aquel trabajo dirigido por Ridley Scott estuvo en el trabajo de Sigourney Weaver y, por supuesto, en el sorprendente y extraño alienígena al que tuvieron que enfrentarse. Alien fue creado por Hans Rudolf Giger, un creador relacionado con el mundo del cómic, puesto que estuvo relacionado con Jodorowsky y Moebius. Este personaje tenía exoesqueleto y una especie de sangre ácida en su forma adulta, mientras que presentaba carácter de exoparásito en la forma que podríamos llamar “pupa”. En este sentido, Alien tiene una clara relación con el mundo de los artrópodos, pese a tener apariencia antropomórfica en su estado adulto. Así mismo, también tiene una especie de lengua en cuyo extremo vemos una mandíbula. Todo un conjunto de ideas sorprendentes que fueron conjugadas con acierto en un mismo ser.

Vayamos al cómic en cuestión. Aliens. La etapa original compila diversos trabajos de guionistas tales como Mark Verheiden, Anina Bennett, Mike Richardson, John Arcudi, Steven Grant, entre otros. En esta extensa obra también podremos disfrutar del dibujo de Mark A. Nelson, Denis Beauvais, Simon Bisley, Kelley Jones, Hoang Nguyen y del gran Sam Kieth, entre otros. Todos ellos podrían ser divididos en dos categorías amplias: los que amplían la historia de la película y los que adaptan películas al formato cómic. Los primeros resultan más interesantes ya que aportan información no vista en el cine y ahondan en una de las problemáticas más sugerentes planteadas (ahora iremos con ello). Los segundos simplemente tienen la virtud de mostrar un cómic con las historias posteriores a la primera película (nos referimos a Alien 2 y 3).

Contraportada del recopilatorio

Los cómics más antiguos de esta recopilación se adentran en los entresijos políticos e industriales relacionados con el xenomorfo. En este sentido, autores como Arcudi y Verheiden se ocupan de mostrar las consecuencias de intentar que un ser tan agresivo y peligroso esté en manos humanas. En este sentido, los trabajos ahondan en la enorme ambición humana de poder y control. Evidentemente es un tema recurrente en muchos creadores. De hecho, en la cultura estadounidense muchos escritores deseaban criticar comportamientos de control y poder estatal a través de literatura distópica o de ciencia ficción. Un ejemplo relacionado con Alien lo encontramos en Robert Heinlein quien escribió en 1959 una historia de ciencia ficción militarista titulada Starship Troopers.

Aliens mantiene una relación con la lucha contra agentes externos que podrían destruir el modo de vida establecido. Ante esta situación el gobierno estadounidense opta por luchar contra ellos aumentando el riesgo para la ciudadanía, asumiendo la posibilidad de incrementar el armamento y el control ciudadano. Ahora bien, este juego narrativo no es tan claro ya que la historia suele estar asentada en contextos internacionales, lo que evita la analogía con la sociedad humana.

Por otro lado, la narración visual suele estar repleta de acción e imágenes espectaculares del alien. Ahora bien, pese a que siempre se ha identificado este ser con el terror, creo que este cómic no es de terror. Sin ninguna duda aparecen imágenes sangrientas y de lucha, pero no resultan espeluznantes. Realmente el cómic es de acción y tu trama resulta entretenida. De ahí que todos aquellos que disfruten con los productos culturales relacionado con estos seres, estarán encantados de tener esta obra. Por otro lado, los que no han conocido las películas tienen ante ellos una buena manera de conocerlas.

 

Por Juan R. Coca

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