“Viejas danzas españolas”, de Cristina Morano

VIEJAS DANZAS ESPAÑOLAS, DE CRISTIAN MORANO

NOVELA REALISTA Y LÍRICA

Cristina Morano es conocida sobre todo por su faceta poética, pero por suerte para nosotros ahora ha comenzado a publicar novelas. Yo había leído de ella Hazañas de los malos tiempos, un libro que me impactó por su capacidad para enfrentar a través de la escritura las vivencias personales y transformarlas en materia literaria. Quizá esa sea  la escritura más difícil y más peligrosa, como la entendía Tom Spanbauer: una escritura sin miedo a expresar tus demonios, hecha con honestidad. Hay algo también de esa escritura peligrosa en Viejas Danzas españolas, aunque más tamizada por la ficción. Morano escribe una fábula de nuestro presente, de nuestro país, de nuestros políticos y de nuestra realidad más inmediata. Pero lo hace con un estilo denso, proliferante como una jungla, a veces barroco, pero elegante, lírico, bien trabado y con nexos evidentes con la poesía. Hay ecos en Morano de la prosa vibrante y desacomplejada de un Umbral en estado de gracias, aunque ambos se encuentren en las antípodas en muchos aspectos. Sin embargo, como Umbral, Morano logra captar la esencia del mundo que la rodea y transformarla en una prosa viva, feroz, eléctrica y lúcida, en estampas de una vida provinciana y a la vez urbana aquejada de un desbocado consumismo. Este es un libro realista pero lírico. Un libro poético y político. Le sirve  la trama política a Morano para criticar el mundo. Muestra sin tapujos las políticas deshumanizadas y devastadoras que nos alejan cada vez más de nuestras propias esencias. Pero lo hace con un tono de epopeya, sin caer en moralismos o cayendo, tal vez, pero con una voz rotunda que deja espacio para la reflexión. Los personajes son creíbles: desgarrados algunos, despiadados, otros. Y al mismo tiempo funcionan como arquetipos, como caricaturas valleinclanescas que desfilan para mostrar la cara más sórdida de nuestra naturaleza. Hay políticos de todo laya, también aparece el clero, el empresario desalmado y la folclórica que solo quiere ascender en la escala social. Y por supuesto, están los de abajo, representados por la desdichada Rose, una joven bulímica que trata de no ser devorada por el sistema enarbolando su bandera de la justicia social. Una noche se verá envuelta en un incidente al tratar de desenmascarar la corrupción imperante de la ciudad. Pero aquí, la realidad es una selva bestial, y las consecuencias serán terribles. Este mundo de alimañas es dibujado por Morano con una prosa destilada y compleja, que nos hace verlo como una jungla. Y quizá por eso la autora ha hecho desfilar por el libro un jaguar. Una figura entre mítica y salvaje, que sirve como metáfora cruel de la esclavitud moderna, del colonialismo brutal y de ejemplo de cómo somos apartados de nuestras raíces.

 

Hay en esta novela una voz indiscutiblemente genuina, un estilo único y palpitante. La prosa de Morano es musculosa. Te agarra y no te deja escapar. Un libro que merece mucho la pena. Todo un descubrimiento.

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