Se publica una antología de los aforismos de Manuel Feria

 

 

Redacción.- Tras haberse autoeditado cuatro libros de aforismos, fuera de comercio y con una circulación limitada,  Manuel Feria puede al fin ser leído en toda España merced a la edición de la antología titulada El río de la perplejidad, publicada por Apeadero de Aforistas. La selección y el prólogo han corrido a cargo del eminente especialista en el género más breve, Javier Recas, quien nos explica que “los aforismos de Manuel Feria surgen en cualquier momento, espontáneamente, como si brotaran de la realidad misma para arribar a su mente con prístina nitidez”. “Yo simplemente soy un recogedor de aforismos” –afirma Feria con evidente modestia–. Yo recibo el aforismo limpio, bañado, con colonia, prácticamente no tengo que tocar una coma. Un milagro”. Por eso, para él sería tedioso sentarse a escribirlos intencionadamente, y perderían su frescor, su vigor. Como a Antonio Porchia, el aforista ítalo-argentino al que tanto admira, no le gusta al autor decir que “hace” aforismos, tan solo suceden. Con frecuencia, le abordan súbitamente en ese duermevela antesala del sueño, tras lo cual se incorpora para anotarlos, si es que Morfeo no le ha arrastrado ya por completo y se pierde el lúcido destello irremediablemente. Otras veces sus aforismos surgen durante la lectura de un libro, o en su cotidiano transcurrir por su querida tierra canaria, su centro, su mundo, fiel a sí mismo, aunque no ensimismado, porque para él los otros son imprescindibles. “Todos los caminos conducen al hombre”, reza uno de sus aforismos, bella reedición de aquel célebre proverbio de Terencio que le encanta a Feria: “Hombre soy y nada de lo humano me es ajeno”.

Concluye Recas: “En sus aforismos, Feria deja constancia de lo vivido, nos abre su cuaderno de viajero curioso y de aguda observación de este tránsito mundano. El título de su última obra, Fe de vida, resume muy bien su motivación. Su obra es el testimonio maduro de un hombre de lúcida mirada y escucha atenta de cuanto le rodea, tras lo que despliega sus reflexiones, sus dudas, sus inquietudes… en este difícil arte del aforismo para el que Feria, digámoslo de entrada y sin ambages, está especialmente dotado”.

 

 

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