La clara herramienta de la palabra justa

 

Elena Marqués.- Afirma Javier Recas, compilador de El río de la perplejidad, que elaborar una antología no es fácil. Supongo que en algunas ocasiones menos que en otras. Pero lo que sí me parece innegable es que espigar de la obra del escritor isleño las mejores máximas, independientemente de su complejidad, debe ser un absoluto goce. Nada de lo que se recoge en este opúsculo es desdeñable, tanto por la sabiduría que refleja como por las fórmulas que emplea para transmitírnosla, de una concisión y concentración envidiables, donde no faltan la sencillez ni la ironía, un fino humor siempre de agradecer para los que andamos bajos de ánimo.

Los aforismos que aquí se proponen, comprendidos en Verlas venir (2015), En ascuas (2017), Diccionario imaginario de un irónico (2018) y Fe de vida (2023), ofrecen un estupendo ejemplo del buen hacer en el género de Feria, de su ingenio natural, de su lucidez y su diálogo con la cultura y la tradición sin caer en la pedantería (de hecho, algunos recuerdan el tono popular del refranero, como «Amores por desengaño no suelen durar un año»), así como de su mirada bien fijada en el mundo contemporáneo, sobre el que aporta acertadas pinceladas críticas sin excesivas sombras de acritud. Todos ellos nos dejan espacio para la reflexión y la asimilación de nuestra pequeñez, nuestros límites; denotan una profunda humanidad y conocimiento, una aceptación de la vida en la que, sin embargo, o precisamente por ello, evita pesimismos y angustias. Y eso que algunos de ellos aciertan en plena línea de flotación. Aun así, como digo, su moderación nos permite permanecer a flote.

Destaco en el acervo un grupo de recomendaciones o consejos de tipo imperativo («Profundiza y discreparás», «No abras una puerta que no sepas cerrar», «Ama sin medida. Amar lo justo es perderse la locura»), muy propias del género desde sus orígenes, por su hábil contundencia, que, como otros tantos, ofrece siempre una dualidad que comprende no solo contrarios, sino una gradación de ese juego que no deja der ser la vida. Y, como tal juego verbal, se sirve de esos opuestos conceptuales con belleza poética y un buen equilibrio léxico, especialmente en oraciones adversativas donde cada elemento sirve de contrapeso. Esa combinación binaria aporta siempre un tono de sensatez y mesura que hace trasparecer un espíritu calmo, poco habitual en los tiempos que corren, aparte de una profundidad prodigiosa y una clara sensación de verdad. En esa misma línea se sitúan las construcciones condicionales, de la que tengo recuadrada, entre otras, esa que reza «Si contentas a todos el mundo te engañas a ti mismo» por si alguna vez la adopto como blasón.

Mención aparte merecen los aforismos descriptivos, con sus habituales fórmulas copulativas, que tienen su mejor representación en la decantación que ensaya en el Diccionario imaginario de un irónico, donde las fórmulas nominales se imponen dejando cierta firmeza clásica. En ellos de nuevo se detecta el ingenio del autor y el placer por los dobles sentidos, por mirar desde ángulos no siempre considerados literarios (así lo hace notar también Recas en su prólogo: «la obra de Feria sigue la noble estela del género aforístico, vivo ejemplo de disonancia, de lateralidad»), pues, lo queramos o no, el humor parece reñido con la literatura seria, cuando es una de las mejores herramientas para transitar por terrenos movedizos.

También contribuye a identificarnos con sus mensajes la habitual mención al tú lector, que logra una amable complicidad de la que es difícil sustraerse. Todo ello, imagino que ayudado por la labor compiladora de Recas, es aún más admirable al tratarse, como digo, de un conjunto de aforismos de libros distintos, que comprenden casi una década, y en los que, sin embargo, se observa una unidad de pensamiento y una estructura firme, unos cimientos sólidos de una voz que, aunque se confiese perpleja, nos gana a su razón y nos sitúa frente al río de la vida y la realidad de lo humano con la clara herramienta de la palabra justa.

Manuel Feria, El río de la perplejidad. Edición de Javier Recas. Apeadero de Aforistas, Sevilla, 2023.

 

 

One thought on “La clara herramienta de la palabra justa

  • el 29 octubre, 2023 a las 12:29 am
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    Palabras muy merecidas para este autor tan lleno d sabiduría, ironía, gracia, humor, inteligencia, crítica, sencillez y tb lleno d pensamientos y filosofía sobre la vida misma…
    . Mi reconocimiento y mi aplauso

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