Espléndida antología teatral sobre hechos reales provocados por “La ira” adolescente

Horacio Otheguy Riveira.

Reino Unido, Rusia, Brasil, Estados Unidos, España, son los países escogidos para traer a escena protagonistas de crímenes brutales, de una violencia visceral con origen en familias sin recursos —con alguna excepción— e instituciones (colegios, centros de menores…) represivas. El círculo del desprecio, el abandono, el despertar sexual y una vengativa violencia física resulta demoledor por su considerable capacidad de seducción en una etapa crucial de la evolución. En años clave del descubrimiento del placer de la compulsión, donde todo vale para actuar sin filtros ni orden moral, surge un creciente despliegue de situaciones límite en países que acaban siendo ejemplo de desorden social, con amplio crecimiento de las desigualdades socioeconómicas.

Mucho se puede analizar sobre este fenómeno tan dramático que nos afecta a todos —de hecho ya lo hacen especialistas de renombre—, pero lo valioso de esta Ira de creación colectiva dirigida por José Martret (La infamia) es su extraordinaria manera de dramatizar y narrar hechos reales, pues lo hacen con un texto de gran precisión en su capacidad de síntesis. Nos cuentan y nos muestran acciones cargadas de significados paralelos, además de las evidentes: cuchilladas sin armas blancas, disparos sin revólveres en mano, emergencias físicas muy bien coreografiadas, y sobre todo una composición actoral con tal dominio que en la sucesión de personajes, creados por los mismos intérpretes, logran en cuestión de segundos borrar su propio cuerpo para convertirse en otro. Entre todos han escrito una dramaturgia forjada entre testimonios auténticos y la imprescindible ficción escénica.

En un caso, una de las jóvenes actrices consigue, de manera asombrosa, encarnar a una madre que al enterarse de lo que es capaz su hija, se queda petrificada sin saber qué hacer. Una escena brevísima que sirve como perfecto ejemplo del magnífico resultado de un espectáculo tan rico en sugerencias que permite al público emocionarse y, tiempo después, analizar el terror de lo que son capaces seres que surgen con tanta rabia de las grietas de una sociedad en franca descomposición.

 

Prisión de plástico dentro de la cual se suceden todas las escenas, siempre uniformados a manera de una cárcel oficial, sin objetos ni utensilios, solo con una admirable creatividad actoral. (Escenografía de Inés Ruiz de la Prada / Julieta Toribio)

 

Un actor y cinco actrices interpretan siete casos reales de crímenes perpetrados por jóvenes psicópatas con edades comprendidas entre los 11 y los 25 años. El resultado es un mosaico que expone la universalidad de la violencia en la juventud y sus consecuencias.  Antología de hechos reales sobrecogedores, que si no fueran tomados de las páginas de sucesos de diversos países, podrían deberse al genio de un autor volcado en el género de terror.

 

Evidencia emocionante de cómo la unión hace la fuerza en estos jóvenes intérpretes que han logrado unidad de texto y creaciones actorales con la experimentada dirección de José Martret y Raquel Pérez (Coach actoral).

 

Vídeo realizado con ocasión del estreno en los Teatro del Canal en 2020

 

«El grupo de actores que participa en el proyecto forma parte de la primera promoción que acaba sus estudios interpretativos en Raquel Pérez Formación Actoral. #LaIRA es su primer proyecto de autogestión teatral, asesorado y conducido por profesionales vinculados con la escuela.

Para mí es una parte fundamental en el proceso del actor fomentar la autonomía y la capacidad de generar proyectos sin esperar a que suene el teléfono. Por lo tanto, una vez finalizada su formación básica, se impulsa al grupo a generar un proyecto donde el objetivo sea siempre comunicar, denunciar o remover conciencias desde un punto de vista objetivo y crítico. Todo ello bajo la tutela de los profesionales cercanos a la escuela. En este caso nos interesaba ahondar en el teatro documental y explorar la realidad violenta en la que nos vemos sumidos en la sociedad hoy en día, y confiamos la dirección del proyecto al director de dilatada experiencia José Martret.

Contamos con la asesoría de Bárbara Royo criminóloga y abogada especialista en Derecho Penal y Penitenciario y Judith Mesa Pérez terapeuta sistémico familiar, ambas profesoras de la escuela. Jesús Cisneros se involucra en el proyecto y decide hacer la producción del mismo a través de Descalzos Producciones».

Raquel Pérez

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Dramaturgia: creación colectiva
Dirección: José Martret
Reparto: Candela Arestegui, Lucía Arestegui, Albino Hernández, Ana Lucas, Alba Rico, Julieta Toribio
Escenografía: Julieta Toribio e Inés Ruiz de la Prada

Iluminación: Paco Ariza, José Martret, Julieta Toribio
Vestuario: Candela Aristegui
Espacio sonoro: Daniel Jiménez Zuniaga
Coach actoral: Raquel Pérez
Ayudante de Dirección: Alba Rico
Dirección de producción: Descalzos producciones

Concepción del proyecto: Raquel Pérez Formación Actoral

Producción: Descalzos producciones

 

TEATRO QUIQUE SAN FRANCISCO

Horarios: Enero: martes a jueves a las 19:00
Febrero: jueves a domingos a las 19:00

A partir de 16 años.

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