‘Una vez estuve muerta’, de Nuria Sierra, la herida como oportunidad creativa

Por Manuela Vicente Fernández

@ManuelaVicenteF

Una vez estuve muerta (Adeshoras, 2023), es el segundo libro de relatos de la escritora madrileña Nuria Sierra, premiada en varios certámenes de narrativa, autora del libro de relatos Nido ajeno (El pez volador, 2024) y de la novela La mujer que vendía el tiempo (Colección Delirios, 2023).

Una vez estuve muerta, con portada ilustrada por Lola Castillo, fue finalista del I Premio Soledad Verdú de Cuentos con Ilustraciones y está compuesto por once cuentos cuyas protagonistas son mujeres. Las historias orbitan en torno al universo femenino y en ellas aparecen mujeres en diferentes etapas y papeles de su vida, tan parecidas entre ellas que bien podrían corresponder a una sola mujer evolucionando en el tiempo.

La mujer aparece en la obra tratando de adaptarse o rebelarse ante los distintos roles que le toca asumir en la vida, como madre, hija, esposa o trabajadora con la lucha constante entre lo que quiere ser y lo que se espera de ella. A lo largo de los once cuentos se tocan temas siempre actuales como la sexualidad o su declive, las relaciones filiales y de pareja, la maternidad, el paso a la edad adulta, la perdida de la inocencia o la transición hacia la vejez.

La crisis de pareja aparece como telón de fondo en el relato Islas flotantes, en el que una mujer recuerda el aislamiento vivido junto a su ex antes de llegar a la ruptura. La crisis está también representada en El dolor es la mejor de las enseñanzas, en el que una niña descubre la infidelidad del padre.

Paralelo al tema del fracaso en las relaciones de pareja, discurre el tema de los ex en sus múltiples acepciones, ampliamente recogidas en varios relatos como el de Louise &Telma, en el que además de la figura del excónyuge aparece la figura de la exsuegra, a la que todavía se aferra emocionalmente la protagonista. Otro relato en el que los ex están muy presentes es el que cierra la obra Y no te creas que te voy a mantener, cuando a la amenaza proferida por el marido responderá con los años la mujer ante la demanda de la excuñada. Examantes, exsuegras, excuñadas nos hacen caer en la cuenta de todos los cambios que se producen en el entorno familiar ante el final de una relación.

En el universo femenino de Una vez estuve muerta no podían faltar las relaciones filiales, con sus escollos y traumas representadas en Elige tu propia miseria y también perfiladas en A partir de ahora puedes tener bebés.

También la sexualidad femenina, con todas sus aristas, es tratada en diversos cuentos, como en Ana, es tan corta la vida, cuando la protagonista recuerda a una de sus compañeras.

Mujeres y su relación con otras mujeres desde la infancia, se despliegan en la obra de Nuria Sierra a través de un elenco representativo de niñas: niñas que se hacen adultas y necesitan respuestas; niñas ricas y niñas pobres; niñas que no saben si quieren ser niñas o niños; niñas que un día, sin previo aviso, descubren la realidad del mundo que las rodea.

Si algo caracteriza a las mujeres de Una vez estuve muerta, al margen de arquetipos y estereotipos, es que todas ellas esconden una herida, un derrumbe, que supone un punto de inflexión en sus vidas y hace que, en algún momento, sacudidas por sus vivencias, tengan que reiniciarse, reinventarse y volver a poner el contador a cero.

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