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Eva Molina Saavedra: «De la necesidad del otro, de la carencia, nace la esperanza de trascender en un nosotros»

@Fotografia: AGURLIINA-PHOTOGRAPHY

Eva Molina Saavedra (Granada, 1969) es máster en Cinematografía por la Universidad de Córdoba, licenciada en Antropología Social y Cultural por la UNED, y en Filosofía por la Universidad de Granada. Ejerce la docencia de esta materia en un instituto de enseñanza secundaria de su ciudad natal.

Su poesía ha sido incluida en varias antologías, y ha publicado poemas en diversos medios. El programa de Radio Televisión Española Página Dos y el suplemento literario Abril han destacado La mirada rasante (Bartleby Editores) entre los mejores poemarios de 2024. Lo han reseñado las revistas Librújula, Letras 21, Culturas, Ideal en Clase, El Ciervo, Piedra del Molino, Entreletras, Dimensión Poética y Paraíso. Hoy nos acompaña para darnos su Primera Impresión sobre el libro.

 

Me siento preparada para transmitir ideas e inquietudes

Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora?

   Eva Molina Saavedra: Ante todo quisiera agradecer tu amable invitación a participar en una entrevista para Culturamas y el interés que manifiestas por mi obra. Considero que este es un medio privilegiado para que los lectores amplíen su interpretación del mundo poético y lo incorporen al suyo propio. Es, además, una ocasión valiosa, porque me obliga a reflexionar sobre la intención y el andamiaje que sustentan mi trabajo.

   La mirada rasante es para mí asunto de vida o muerte. Obviamente, podría haber seguido con mis quehaceres habituales, si no hubiera optado por escribir poesía de forma profesional, es decir, con la intención de que algún día llegara a ser publicada, pero hoy no vería satisfecha una vocación. El haber intentado desarrollar al máximo mi potencial como poeta y comprobar que ese mensaje resulta estimulante para el lector es algo que me produce una gran alegría. Sin embargo, no me ha resultado fácil aprender a utilizar la imaginación y la palabra para comunicar adecuadamente mi visión. ¿Por qué ahora?, me preguntas… Ha llegado el momento en el que me siento preparada para transmitir ideas e inquietudes y, sobre todo, creo tener algo importante que decir, una verdad que desea ser descubierta por los demás.

No me planteaba dar divulgación a mis poemas

¿Cómo y cuándo surge la idea del libro?

He sido lectora desde siempre, con cierta predilección por los clásicos. De joven, prácticamente no escribí. Ya en cumplida madurez, en el 2012, comencé a atender al impulso poético, aunque fue a partir del 2016 cuando inicié mi autoformación en este ámbito. En aquella época no me planteaba dar divulgación a mis poemas, por no considerarlos suficientemente buenos. Recibir valoraciones positivas en el 2018 me hizo soñar con la posibilidad de publicar, cuando estuviese lista para ello.

   La mirada rasante se nutre de experiencias vividas, posibles e imaginadas. Pretende ser testimonio de una búsqueda del sentido de la existencia. Parte de la construcción moral de cualquier persona en lucha por entender su realidad, en angustiosa confrontación con un entorno hostil. Paradójicamente, de la necesidad del otro, de la carencia, nace la esperanza de trascender en un nosotros capaz de ensanchar el dominio de lo vital. De ahí que se afirme sin ambages; “la ganancia sería la entrega”. El título del libro pertenece al poema “Manantial”: “Nos inclinan las derrotas, andamos / con la mirada rasante de quien no comprende / porque su visión se ha fragmentado. // Una y otra vez, para curarme, / entraré en el espacio del nosotros, / paso ciego en un denso vacío, / llave y fuente de todo lo que es”. En el trasfondo de este poemario late una propuesta vitalista, que pone el foco en la forma de valorar.

Ha sido una cristalización lenta.

¿Qué pistas o claves te gustaría dar a los posibles lectores?

Creo que la crítica ha ido realizando una selección justificada de los aspectos más reseñables de mi poesía, y lo ha hecho mucho mejor de lo que yo pueda intentar discernir.

   Juan Carlos Abril ha destacado la rebeldía contra la injusticia o lo absurdo, la actitud reflexiva y una medida calidez emocional. La Revista Piedra del Molino, su lucidez. Jesús Cárdenas, su belleza y dimensión moral. Idoia Arbillaga, la invitación a pensar sobre la realidad de estar vivo. Jesús Aguado, un uso de la palabra potente. José María Muñoz Linares, un discurso contra el sometimiento al poder externo. Tomás Moreno Fernández, la armonía entre la sensibilidad con respecto a lo cotidiano y la indagación mental.

¿Qué efecto esperas que tenga en ellos?

Hacer un poco de magia. Ojalá mis poemas poseyeran belleza y fuerza transformadora. Me encanta cuando alguien me comenta que la lectura del libro le ha hecho ver las cosas bajo otra luz, replantearse prioridades, otras salidas; cambiar su punto de vista sobre lo que le ocurre. Guardo en mi corazón las palabras de Lorenzo Plana García, un poeta realmente admirable.

Pretendo reconocer una importante deuda en lo que escribo

¿Qué importancia tiene la estructura o la disposición de los poemas en el volumen? ¿Fue algo deliberado o más intuitivo durante el proceso de creación?

Desde el comienzo tuve claro que los títulos de las distintas partes serían versos de otros autores. Así, pretendo reconocer una importante deuda en lo que escribo con la internalización no premeditada de mis lecturas poéticas. A modo de muestra, he seleccionado los de María Auxiliadora Álvarez (“El misterio tiene su paciencia”), Chantal Maillard (“En cualquier punto estás en el inicio”) y Emily Dickinson (“Tan segura estoy del lugar”), por ser los que me han parecido más acordes con el motivo de cada una de las secciones del libro.

Con el trascurso de los años la estructura se ha ido haciendo más liviana. A este respecto, he recibido sugerencias muy valiosas del poeta Enrique Nogueras, de mi corrector y de la Editorial Bartleby. Sus aportaciones me han ayudado a dar mayor cohesión al texto.

Para exponer los aspectos más relevantes sobre la organización de La mirada rasante me remitiré al análisis de Jesús Cárdenas publicado en Entreletras:

La mirada rasante es un libro de 49 poemas repartidos en tres tramos equilibrados en número, que dan cohesión a un conjunto de poemas breves, en verso libre, cuyos tropos más empleados son la metáfora y la metonimia.

En el primer tramo, “El misterio tiene su paciencia”, cuenta con poemas que rozan el umbral de la quincena de versos, manteniéndose una media en torno a seis versos por poema. Teniendo en cuenta, además, que algunos versos poseen el sabor del metro corto, nos hallamos ante una exploración por el lenguaje muy ajustada. Ello podría acercarnos a la “poética del silencio”; en cambio, el asombro en el caso de la autora es conducido por vía de lo doméstico hacia la reflexión de nuestro tiempo.

En cualquier punto estás en el inicio”, el bloque nuclear, donde se presupone una asunción a regañadientes, una aceptación de las cosas sin rencores ocultos, pero también revela la condición de la mujer trabajadora que no recibe ayuda (crítica social). En la conclusión de “Filia” puede leerse: “La mujer descansa, / siente a los chiquillos / y acepta el frío encarnado en su estirpe, / las manos quemadas de lavandera”. Tampoco en “Ser” la reflexión provoca el avance sin aprendizaje heredado: “Muchos sufrieron / para que ahora nosotros / estuviéramos bien”. Hallamos el sentido del título en la primera estrofa que conforma el poema “Manantial”: “Nos inclinas las derrotas, andamos / con la mirada rasante / de quien no comprende / porque su visión se ha fragmentado”. El discurso reflexivo se va aquilatando en estos poemas de regusto epigramático, y así lo recibe el lector, que es advertido de la importancia de tener carácter. En “Arrojo” se lee: “Ser valiente es pensar / que la sabiduría ciega / posee contornos nítidos / […] Que el tiempo se detiene al descubrirte / más allá del miedo”.

Por último, “Tan segura estoy del lugar” nos ofrece poemas con imágenes poéticas potentes (“Ciertamente fue nuestro aquel impulso / paralizado en el deshielo”), las personificaciones (“Ahora los senderos no callan. / Los arroyos devuelven la sonrisa”), el paralelismo de versos heptasílabos (“su aroma inolvidable, / su rubor compartido”), y también el sujeto cambiante de primera a una segunda y a una disolución de ambas personas en la impersonalidad verbal, incluso provocando el desdoblamiento de persona en “Abandono”. Las oportunidades pueden lograrse mediante la consistencia, pero no siempre perduran, dirá la poeta en “Opportunity”. El tono se va recrudeciendo, el ser humano tiene ese poder, reside en su voluntad. Casi de todo se sale, somos capaces de remontar las malas experiencias pasadas, montañas de adversidades. Constituye la serie “Fisura”, “Gigante” y “Matriz” una tríada de poemas terriblemente bellos, sobresalientes por la actitud ética; Se nos transmite esa fuerza con que vencer la desesperanza del fracaso amoroso.

Te pongo en un aprieto: si tuvieras que quedarte solo con tres poemas de La mirada rasante, ¿cuáles serían?

Sí, es un auténtico aprieto. (Risas) Quedarme con tres poemas me resulta dificilísimo. Cuando me enfrento a este tipo de dilemas suele aflorar un pequeño vicio que arrastro como filósofa: el de la clasificación. Me vienen a la cabeza algunas categorías y comienzo a preguntarme cuáles preferiría un poeta, un crítico, un lector, qué poemas explicitan mejor mi peculiaridad como escritora, cuáles de ellos serían los más personales, los más inspirados o, simplemente, los más bonitos. Y lo cierto es que no tengo ni idea. Pero puestos a aventurarnos, considero “Litigio” una especie de firma, que bien podría servir para definir el tono del libro y mi voz poética. En el plano de los más personales, “Humano”. En el de la inspiración más genuina, “Matriz”.

Eres licenciada en Antropología Social y Cultural y en Filosofía, además de estar en posesión de un máster en Cinematografía. ¿Qué papel desempeña tu formación en tu producción poética?

El escritor y filósofo Tomás Moreno Fernández, que tuvo la gran generosidad de presentarme en la Feria del Libro de Granada, ha publicado un artículo titulado `La mirada rasante´, un poemario de Eva Molina Saavedra, en el que da cumplida cuenta de mis influencias poéticas, filosóficas, antropológicas y cinematográficas. Me permito seleccionar algunas de sus reflexiones para tratar de responder a una cuestión compleja:

Tal vez, fuesen los pensadores y poetas románticos y posrománticos alemanes, Goethe, Novalis, Hölderlin y Heine, quienes intentaron servirse de la poesía para enfrentar filosóficamente el misterio y el enigma de lo real, pero no hay duda de que Nietzsche fue uno de los primeros pensadores que hizo posible pensar en el lenguaje de la poesía. La expresión “razón poética” fue acuñada por la gran pensadora española María Zambrano en Hacia un saber sobre el alma. Como hija del raciovitalismo de su maestro Ortega y Gasset, para ella la razón humana no es algo aislado o separado de la vida; de ella nace y a ella vuelve. De esta forma, la poesía, en su sentido más amplio, es una invitación para la filosofía. Este hallazgo de la filósofa andaluza tiene su correlato en otras grandes pensadoras como Edith Stein, Simone Weil, Hanna Arendt, y en autoras más cercanas en el tiempo, como Julia Kristeva, Dorotée Sölle, Etty Hillesum y Martha Nussbaum. Es en este marco en el que debemos situar La mirada rasante, ya que en su poesía vemos el impulso de una razón poética.

Entre los recursos retóricos destaca la analepsis, utilizada tanto en el cine como en la literatura, que altera la secuencia cronológica del relato, conectando momentos distintos y trasladando la acción al pasado.

Mi suerte no ha podido ser mejor

Este es tu primer poemario, y además de ver la luz en la prestigiosa Bartleby, algunos medios como “Página Dos” (RTVE) o el suplemento literario “Abril” lo han destacado entre los mejores de 2024. ¿Vértigo? [Risas].

De verdad que debo ser la poeta más agradecida de España, pero es que tengo sobrados motivos para ello.

Pepo Paz, de la Editorial Bartleby, se arriesgó mucho al decidir publicar el primer libro de una poeta desconocida. Efectivamente, mi suerte no ha podido ser mejor. El hecho de que prestigiosos medios de comunicación centrados en el valor de los libros como el Programa Página Dos y el Suplemento Abril hayan destacado La mirada rasante ha supuesto un aval importante para mi obra. Además de estos, ha habido otros medios que se han hecho eco de la edición; los mencionados en la presentación, y numerosos críticos que han valorado mis poemas. A ellos me he referido en la tercera cuestión que me planteabas. El apoyo que estoy recibiendo es algo maravilloso.

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes entre manos en este momento?

Estoy dando mis primeros pasos en dirección a un nuevo libro, pero aún no atisbo cuál será el foco de interés de mi próximo poemario, en el que siento ya la necesidad de sumergirme. Digamos que me encuentro a la escucha, pero en este momento no dispongo de tiempo suficiente para aislarme y que los poemas puedan empezar a cuajar.

Por último, como lectora, ¿de quién te gustaría conocer su “Primera impresión”? 

De Juan Carlos Abril. Es un poeta brillante. Recientemente se ha publicado en Pre-Textos su Poesía Reunida (1997-2023). En ella encontraremos sus cuatro poemarios cuidadosamente editados. Encontraremos, también, un camino difícil, un alto grado de autoexigencia, verdades ocultas e intemporales, mucho en lo que pensar; mucho para aprender.

***

Tres poemas de La mirada rasante

LITIGIO

Vivo un litigio
en secreto contra el Estado
por coacción, abuso e incumplimiento,
porque me quita lo que me hace falta
y se impone.

Es secreto.
Un litigio contra el Estado
porque la naturaleza es levantisca.
Por lo solar se rige,
y por lo originario,
pero encierra un grito contenido.

No soy parte de un experimento social,
ni vivo en la ficción, ni guardo copia
de ningún contrato sin previo aviso.

Siento una guerra íntima
contra el Estado,
pues no soy animal de granja.
Si fingí ser sumisa, lo hice
para subsistir. No seré
la delatora que necesitáis.
No firmo, ni obedezco, ni me inclino.

Por eso quiero esconder en la mano
la fuerza de ese gesto que haga fértil
mi pequeño jardín.
A años luz de vuestra gran mentira,
pisar la hierba para sentir la savia.

HUMANO

Sé bien de lo que hablo;
estuve allí,
en la tristeza del páramo.

No sabía lo que es tener
el viento a favor
ni un cariño que no juzga
y acompaña.

Pero la saturación de aquel pozo
precipitó un significado.

Obedecedme, palabras.
Apuntalad mi lenguaje.

MATRIZ

Fui niña acostumbrada a lo inaudito,
hábil paliando la desgracia.
Nadie sabe que tuve
una hermana gemela evanescente
que me robó algo.
Hoy, de tu dulzura de igual
nace mi plenitud.

Así en el bosque nos adentraremos
para hallar ese claro
que envuelva los tropismos
de los que se aman sin condiciones.

La foresta filtrará el ardor
prendiendo de placer nuestras mejillas.
Delicadas briznas ensalzarán
a quienes se enfrenten a lo cotidiano
para buscar en su raíz la dicha.

ENTREVISTA REALIZADA POR JAVIER GILABERT
Granada, 1973. Maestro avemariano, es autor de PoeAmario (2017), En los Estantes (2019), Sonetos para el fin del mundo conocido (2021) junto con Diego Medina Poveda, Bajo el signo del Cazador (2021) junto con Fernando Jaén, Todavía el asombro (2023). Copromotor, antólogo, coeditor y periodista cultural.

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