Alberto Medina.
Hemos podido disfrutar en Málaga de una de las mejores obras hasta la fecha de la temporada: Los Guapos. De la mano de la productora catalana Bitò Produccions, referente en el panorama teatral y cultural de Cataluña y España, llegó a Málaga “Los guapos”, primera obra dirigida por el cineasta español David Trueba. Hemos tenido que esperar meses, desde que se estrenara por abril en el Teatro María Guerrero del Centro Dramático Nacional, para conocer la faceta de dramaturgo de Trueba.
En un escenario diseñado por Beatriz San Juan, que recrea un bar de los años 80 con su característica máquina de pinball, somos testigos del reencuentro de dos amigos en un barrio cualquiera. Barrios que atraídos por el trabajo atrajeron a miles de personas, pero la crisis económica y el alto desempleo dejaron a muchas personas en situaciones precarias. La falta de oportunidades alimentó la frustración y el desencanto, especialmente entre los jóvenes, quienes a menudo abandonaban sus estudios. En este contexto, el consumo de drogas como la heroína se extendió rápidamente, dejando a su paso un fuerte impacto social, con familias desestructuradas y un aumento de la delincuencia.
Pablo (Vito Sanz) se ha convertido en la estrella de su barrio al salir por la televisión, ha ganado un controvertido caso en Estrasburgo. Nuria (Anna Alarcón) ha permanecido en el barrio con escasas oportunidades y coqueteando con las drogas. Ambos reviven su pasado compartido, reflexionan sobre sus primeros amores y los distintos caminos que han seguido. Tanto Anna Alarcón como Vito Sanz, quienes previamente colaboraron con Trueba en la película «A este lado del mundo» (2019) muestran sobre el escenario una gran conexión y química, transmitiendo intensidad y naturalidad. Sin duda, su trabajo en esta obra es digno de reconocimiento.
El texto es inteligente, y el público puede sentir que lo que está viendo es una película en vivo y en directo. Un texto que muestra momentos muy cómicos y otros más desagradables. ¿Es la justicia igual para todas las personas? ¿Todos tenemos las mismas oportunidades cuando nacemos? Esos y otros temas van desgranándose en hora y media. Los personajes, tras momentos de emociones contradictorias, logran reconciliarse con su pasado. El telón cae, dejando al público una reflexión amarga sobre la vida, pero también dulce por haber disfrutado de la primera obra teatral de David Trueba.
Texto y dirección David Trueba
Con Anna Alarcón y Vito Sanz
Producción Centro Dramático Nacional y Bitò