Escrito por Héctor Peña Manterola

En un Madrid donde cada sombra cuenta una historia, Mireova Noir observa. Fotógrafa que ha hecho del blanco y negro su lenguaje y de la soledad poética su sello, sus imágenes parecen fotogramas de un cine íntimo y silencioso. «El mundo no sabe que lo estoy mirando», dice ella, y esa mirada furtiva y atenta es la que da vida a cada una de sus obras. Hoy conversamos con Mireova para descubrir la voz que habita detrás del blanco, del negro y de la emoción que late en cada encuadre.

© Mireova Noir

Bienvenida, Mireova. Aunque suelo entrevistar a personas relacionadas con el sector literario, mi pasión por el arte hace que, en ocasiones, derribe las barreras. Así que empecemos con una pregunta básica para permitir que nuestros lectores te conozcan mejor. ¿Quién es Mireova Noir?

Soy fotógrafa y narradora visual. Mireova Noir es mi identidad artística, pero también es mi manera de mirar y de estar en el mundo. A través de la fotografía, construyo un universo donde la elegancia atemporal, la soledad poética y la emoción contenida son protagonistas. Más que un nombre, es mi voz visual y mi modo de relacionarme con lo que me rodea.

¿Cómo iniciaste tu camino en la fotografía y qué significa para ti?

Mi relación con la fotografía nació de una necesidad íntima de transformar lo que siento en algo visible. La fotografía es para mí un refugio, pero también un puente hacia los demás. Es mi forma de darle cuerpo a emociones que a veces no encuentran palabras: la melancolía luminosa, la pausa, la belleza en lo sencillo, la nostalgia. Es mi manera de estar presente y, al mismo tiempo, tomar distancia para observar.

Centrándonos en tu estilo fotográfico, ¿qué elementos consideras esenciales?

El blanco y negro: elimina lo accesorio y me permite llegar a la esencia emocional. Trabajo con sombras profundas, luces suaves y composiciones que no explican, sino que sugieren. Me interesa que cada imagen deje espacio para que quien la mire proyecte su propia historia.

Muchos describen tus imágenes como «cinematográficas». ¿Te identificas con esa etiqueta?

Sí, la recibo con gratitud. Busco que cada fotografía sea un fotograma de una película que no existe, pero que el espectador pueda imaginar. La narrativa está siempre ahí, escondida, como un susurro que acompaña la mirada. Me interesan más la atmósfera y la emoción que la descripción literal.

¿Cómo influye Madrid en tu trabajo?

En este momento, Madrid es mi escenario silencioso y mi cómplice. Sus calles antiguas, la textura de sus muros, la luz que cambia con las estaciones… Todo eso alimenta mi mirada. Es una ciudad que respira historia, pero que también sabe guardar secretos.

© Mireova Noir

Esta es directa. ¿Qué buscas transmitir al espectador con tus fotografías?

Quiero despertar una emoción tranquila pero persistente. Que quien mire mis fotos sienta algo que roza lo familiar pero también lo desconocido. Que se detenga un segundo más y, en ese instante, algo se encienda en su interior, aunque no sepa ponerle nombre.

¿Qué referentes artísticos contribuyen a tu estilo?

Me inspiran Daido Moriyama por su crudeza poética, Sarah Moon por su delicadeza onírica, Peter Lindbergh por su verdad emocional. En el cine, Wong Kar-wai y Tarkovsky me enseñaron a amar el tiempo lento, la atmósfera densa, la narrativa que no necesita palabras. Todos ellos me mostraron que en el silencio y en la pausa puede habitar la mayor fuerza.

Entre nuestros lectores seguro que hay otros fotógrafos que se están preguntando cómo construyes una serie a partir de tus imágenes.

Cada serie nace de una emoción que me acompaña: la espera, la ausencia, el tránsito… Después busco lugares y momentos que dialoguen entre sí. Madrid me ofrece los escenarios y yo recojo fragmentos que luego conecto en un relato visual que deja espacio al espectador.

Vivimos en un mundo saturado de imágenes, ¿qué crees que diferencia tu trabajo?

Creo que mi trabajo se diferencia por su apuesta por la atemporalidad y por la emoción honesta. No busco el impacto fugaz, sino crear imágenes que inviten a quedarse, a contemplar, a sentir. En un mundo que grita, prefiero que mis fotos susurren y que, quien las mire, esté predispuesto a escuchar.

¿Qué papel juega la soledad en tus imágenes?

La soledad es un hilo invisible que atraviesa todo mi trabajo. Pero no es una soledad triste. Es en ese espacio íntimo donde nace la introspección, la belleza silenciosa. En esa soledad encuentro verdad y profundidad, y es lo que trato de ofrecer en cada imagen.

Para terminar, me gustaría agradecerte el tiempo que nos has dedicado. Una vez me recriminaron el preguntar a los artistas por lo que vendrá, en vez de por lo que han creado, pero creo que esta ansia es intrínseca al ser humano. ¿Qué proyectos tienes en mente (o en cuáles estás trabajando)?

Estoy trabajando en una iniciativa que vincule fotografía y literatura. La próxima vez que vayáis a una librería, quizás os podréis chocar con algo firmado por mí.

© Mireova Noir

 

El trabajo de Mireova Noir está disponible en su Instagram: @mireovanoir