Horacio Otheguy Riveira.

Estuvieron allí donde no se las esperaba. Una sociedad patriarcal en la que las actrices podían trabajar, siempre que sus maridos las autorizaran. Solteras, jamás. Se intentó que las reemplazaran jóvenes travestidos pero el público se negó, un público que se divirtió a lo grande, convirtiendo en estrellas a algunas de ellas, tres de las cuales son homenajeadas en el Teatro de la Zarzuela durante solo cuatro funciones.

Formidable espectáculo que debería contar con más representaciones, dada su altísima calidad en un montaje que cuenta con profesionales de bien ganado prestigio, algunos de los cuales por primera vez en este teatro y en el género.

Mujeres que no pidieron permiso

De izquierda a derecha, las sopranos y sus personajes: María Hinojosa Montenegro (María Antonia Fernández, La Caramba), Pilar Alva-Martín (María del Rosario Fernández, la Tirana) y Jone Martínez (María Ladvenant).

 

Mujeres que no pidieron permiso para irrumpir con fuerza, aprovechando un fenómeno desconocido entre el sexo femenino: el apoyo incondicional de un público que ansiaba disfrutar de su belleza, valentía y sentido del humor, entre tonadillas de insólito relieve. Una vida plena, a pesar de matrimonios impuestos con hombres mayores, divertidas entre amantes y competiciones, a veces rabiosas, entre iguales… hasta que, entre los 25 y los 36 años, enfermaron y murieron en un trágico despliegue de miseria mayor, propia de mujeres que ansiaban independencia.

Todo sucede en escena con la colaboración de Cristina Medina, que brota del patio de butacas, debutante en La Zarzuela. Actriz de gran talento y desparpajo, una todo-terreno ganadora de premios con dramas como Ay, Carmela o sus espectáculos unipersonales como protagonista, productora y directora: narra acontecimientos históricos de guerras perdidas del 1700 en una España regida por los borbones, de no pocas miserias y, a la vez, triunfo temporal del teatro: ese arte tan efímero que desaparece con su última caída de telón.

Con su peculiar gracejo presenta época y personajes. Las cómicas distribuyen su simpatía y talento en un elegante espacio escénico para una puesta en escena que aúna estilo barroco y dinámica contemporánea (texto de Antonio Álamo y dirección de Pepa Gamboa) con la gran orquesta Forma Antiqua, fundada hace más de veinte años  en Langreo, Asturias, por los hermanos Zapico: Aaron, clave y director; Daniel, Tiorba, y Pablo, guitarra.

En una época que relegaba a la mujer a un segundo plano -si bien, se las disfrutaba como «malas pecadoras»- estas Cómicas se colocaron en lugar preferencial, ridiculizando al poder masculino, desnudando las hipocresías sociales entre carcajadas y suspiros.

Inolvidable encuentro con un tiempo muy lejano que, sin embargo, tiene aún muchos puntos en común con la lucha de las mujeres por ser ellas mismas en un mismo plano de igualdad con el predominio masculino en todos los aspectos: económico, sexual, familiar…

Cada tonadilla era un acto de resistencia. La espigadera mostraba a la mujer trabajadora; La quejosa daba voz al descontento popular; La Cecilia y El enfado de Mariquita se se burlaban con audacia de los límites que se les querían imponer. Y en cada nota, en cada frase lanzada desde el escenario, vibraba un deseo incontenible de emancipación (Aarón Zapico, programa de mano).

TEATRO DE LA ZARZUELA. DÍAS 8, 9, 10 y 11 DE MAYO 2025