Por Gregorio Dávila de Tena.
LA LECTURA COMO ALIMENTO
«El corazón siempre muestra su eco. El sonido de todos los corazones es la palabra. La palabra en origen, la palabra primera».
En cada nuevo libro Javier Sánchez Menéndez renueva su compromiso con la palabra, con honestidad, con sencillez y humildad. Su escritura echa raíces en la tradición y se fundamenta en los valores clásicos de verdad, bondad y belleza. A los que él añade tres actitudes básicas: «contemplar, atender y entender», que es el subtítulo de su libro 1335 días editado también por Detorres editores.
En esta obra Fragmentos Javier insiste mucho en la atención al lector, que en definitiva es el protagonista de la literatura. Porque la lectura es la base de todo conocimiento y de toda escritura: «Somos palabra, por eso somos lectura». Pero el compromiso con la verdad y la palabra es lo primero: «no se escribe para complacer al lector…».
Voy espigando algunas reflexiones y meditaciones del libro:
El creador está llamado a abandonar el egocentrismo, el solipsismo: «Dejemos de ser «yo», para convertirnos en «nosotros»».
Con autocrítica hacia nuestro propio trabajo: «El mayor crítico de una obra de arte debe ser siempre su autor».
Con un compromiso serio con la poesía: «La poesía como forma de vida (contemplación y lectura)».
Por estos textos sobrevuelan los ángeles: «allí donde la verdad es la verdad, allí habitan los ángeles».
Frente a las prisas y al ritmo alocado en que vivimos, Menéndez siempre insiste en una lectura atenta y en lentitud. Me viene a la mente esa imagen del autor sentado en el porche de su casa leyendo con atención, levantando a veces la mirada hacia los árboles o las nubes, para dejar reposar y saborear lo leído.
Tener presente la muerte como elemento de la vida. La lectura de los clásicos es un diálogo con los muertos: «Es conveniente vivir en conversación con los vivos, pero también con los difuntos».
La lectura alimenta el alma y la conciencia: «Leer es el único alimento». La lectura calmada. La casa sosegada. La lectura de las fuentes originales que son el verdadero alimento.
Todo lo que escribimos se sustenta en las dimensiones de espacio y tiempo: «Hay que dejar espacio al lector. Mucho espacio».
A lo largo del libro hay una continua sensación de extrañeza por este mundo que nos ha tocado vivir: «este tiempo no es el mío» (algo así dice Javier): «Es esa sensación de estar ya fuera»
Hay aforismos, género en el que el autor domina con fluidez.
Hay citas de autores clásicos y referencias a los 80 sueños de Cirlot.
Hay cúmulos y juego de espejos. Esta serie de los espejos sobre el creador, el arte y la literatura es muy original.
Y por supuesto no pueden faltar los pájaros a los que Javier se siente muy cercano. El pájaro siempre ha sido un símbolo universal en la poesía. Y en la mística sufí se habla con frecuencia del lenguaje de los pájaros.
Como resumen del libro bien podría servir esta cita de Francis Bacon que recoge Javier: «La lectura hace al hombre completo; la conversación lo hace ágil; al escribir lo hace preciso».
Al final tanto la lectura como la escritura son un diálogo con nosotros mismos, con los autores que nos sirven de referencia y con los posibles lectores de nuestras obras. Somos cuentas de un rosario unidas por una urdimbre de conexiones. Hilos de una madeja que no llegamos a comprender muy bien.
Pero nos dejamos guiar por el aprendizaje de la palabra: «No hay me mejor maestro que el cultivo de la palabra, de la palabra auténtica, aquella que es capaz de acercarnos a nosotros mismos y, a su vez, a ese yo en nosotros, en todos y cada uno de los interlocutores ausentes y presentes».
Muy buen colofón la cita final del libro: un fragmento del Quijote donde se hace referencia al acomodo de algunos poetas (bastantes diría yo) al jaez (cualidad o propiedad) de la “mercadería vendible” que exigen los representantes. Tal cual, de plena vigencia.
Termino con una anécdota: gracias a este libro he descubierto esta hermosa colección de poesía “Año 25” de Detorres editores y en ella una obra reciente (el número 5) de mi amigo José Manuel Martín Portales: Esperando a los pájaros que también espero disfrutar próximamente.
Fragmentos, Javier Sánchez Menéndez.
Detorres editores: colección de poesía Año XXV, 2025.