Eduardo Suárez Fernández-Miranda.
Jane Austen fue una gran innovadora: hizo de sus heroínas sujetos de una intimidad nunca expuesta hasta entonces, y noveló por primera vez peripecias mudas como el derecho a equivocarse y a una segunda oportunidad. Su crítica social es indiscreta y poderosa porque está hecha desde dentro. No buscó hacer grande lo pequeño, sino mostrar que lo pequeño es complicado. Así que ¡viva Jane Austen! Luis Magrinyà.

Alba Editorial conmemora a una de sus autoras más apreciadas: Jane Austen. Han transcurrido 250 años desde que la autora británica naciera en Steventon (Hampshire) en 1775. Esta celebración ha impulsado a la editorial barcelonesa a reunir en un estuche cuatro de las principales novelas de Austen: Juicio y sentimiento, Orgullo y prejuicio, Mansfield Park y Emma. Marta Salís, Luis Magrinyà, Sergio Pitol y Francisco Torres Oliver son las plumas expertas que se encargan de su traducción.
La abadía de Northanger, Amor y Amistad, Lady Susan/Los Watson, Persuasión y la inacabada Sanditon completan la obra narrativa de una escritora “satírica, antirromántica, profunda y tan primorosa como mordaz”. Como recuerda Luis Magrinyà -director literario de la colección Clásicos de Alba-, la obra de Jane Austen “nace toda ella de una inquieta observación de la vida doméstica y de una estética necesidad de orden moral”. Se añade al catálogo Las cartas de Chawton, un pequeño libro que recoge parte de la correspondencia de Austen.
La grandeza de Jane Austen radica, entre otras muchas cosas, en haber creado todo un mundo fascinante alrededor de cuatro o cinco familias de un pueblo de la campiña inglesa. Sus novelas están exentas de importantes acontecimientos históricos. Jóvenes de la aristocracia rural buscan marido, eran cortejadas, acudían a bailes, deshacían pequeños malentendidos y vivían una existencia monótona y convencional. Con ese material, la escritora fue capaz de crear personajes universales gracias al “cuidado y la sabiduría con los que trataba sus materiales literarios dentro de los límites formales que ella misma se impuso”.
Han pasado 250 años del nacimiento de una escritora universal. Cuando se publicó Orgullo y prejuicio en 1813, Jane Austen recibió de su editor 110 libras, una cantidad nada desdeñable, pero ínfima si tenemos en cuenta la inmensa popularidad de la novela. Nunca firmó en vida con su nombre. Su primera novela apareció como la obra de “a lady” (“una señora”) y las siguientes como “por la autora de Juicio y sentimiento”. Eso no le impidió llegar hasta nosotros como una de las escritoras más extraordinarias de las letras universales.

