Redacción.

Dire Straits llenó estadios gigantescos en todo el mundo y vendió cientos de millones de discos. Durante la década de 1980, fue una de las bandas más importantes del planeta. En Mi vida con Dire Straits, John Illsley, miembro fundador, bajista y pilar de la banda, evoca el espíritu de aquella época y narra la trayectoria de uno de los grupos más grandes de la historia del rock.

La historia relata el ascenso de la banda desde sus humildes orígenes hasta llenar estadios en todo el mundo, y las devastadoras exigencias de las giras a escala global y de tener que vivir bajo el foco de la atención pública que, inevitablemente, pasaron factura al grupo. Narrado con profunda honestidad, conmovedora introspección e irónico humor, este es el primer y único relato de la increíble historia, contada desde dentro del grupo.

John Illsley, nacido en Leicester el 24 de junio de 1949, John fue el bajista de Dire Straits desde su fundación en 1977 hasta su desaparición en 1995. John conoció a Mark Knopfler (que en ese momento vivía con su hermano, David) a mediados de la década de los 70 en Londres. Formaron la banda Cafe Racers junto con el batería Pick Withers (que Mark había conocido de una experiencia anterior en la banda Booze Brothers). Después cambiaron su nombre a Dire Straits. Publicaron su primer álbum en 1978 y a mediados de los años 1980 llegaron a ser uno de los grupos más conocidos. Su toque tremendamente rítmico y su aspecto desgarbado hicieron de John Illsley el integrante de Dire Straits más reconocible por el gran público tras Mark Knopfler.

Gracias a la fama alcanzada por la banda, John consiguió publicar dos discos en solitario (Never Told A Soul, 1984 y Glass, 1988) a la vez que formaba parte de los Dire Straits, sin lograr ninguno de ellos excesiva repercusión. Tras la ruptura de los Dire Straits en 1995, John Illsley se dedicó a cultivar su hobby favorito: la pintura.