Pablo Llanos.
Víctor Colden (Madrid, 1967) es licenciado en Filología Románica. La editorial Libros Canto y Cuento publicó en 2019 su novela Inventario del paraíso y en 2020 la colección de prosas literarias Gazeta de la melancolía. Tras el relato autobiográfico Veinticinco de hace veinticinco (Newcastle Ediciones, 2021), vio la luz su novela Tu sonrisa sin temblar, publicada por Pre-Textos un año más tarde. Mañana me voy (Abada Editores, 2023).

Abada Editores vuelve a confiar en la narrativa de Victor Colden para publicar “La cinta verde” un libro de siete relatos en torno a las relaciones amorosas y afectivas.
Relaciones que vemos encarnadas en personajes globales, fuera de su sitio, pero no fuera de lugar, una argentina en Islandia, una nicaragüense en España, un narrador poco fiable con una amante en cada ciudad europea. Todos ellos en escenarios locales e incluso rurales, en pueblo leoneses, burgaleses, islandeses. Escenarios locales, rurales, naturales, personajes globales y un tema universal: el amor.
Siete relatos ágiles, con un estilo cuidado y consistente, con tramas más o menos marcadas según interese y, excepto uno, narrados en tercera persona con diferentes niveles de subjetividad. Llama la atención la naturalidad con la que el autor maneja léxico de otras culturas hispanas (el propio título del relato Camanances) y el campo semántico de la naturaleza. La naturaleza y la ruralidad son terrenos en los que Victor Colden se siente en casa.
Amor es una palabra pequeña, pero tiene un gran fondo en el que han ido a acabar almacenadas miles de historias. Historias que son el testimonio de todas las veces que hemos fracasado intentando explicar el amor. Quizás por eso, “La cinta verde” no da respuestas al amor si no que plantea preguntas:
Tal y como planteó Heráclito, nadie es capaz de bañarse dos veces en el mismo río, porque ni el río es el mismo ni tú eres el mismo, ¿Es posible volver a tener la misma relación con una persona?¿Acaso no serán diferentes ambos y diferente la relación? Esta es la pregunta que plantea el emocionante y tierno primer relato Queda el río, en el que un amor de juventud nacido en la poza de un río va a desembocar en un final emocionante.
¿Es la verdad parte del amor? ¿Está permitido en el amor mentir? ¿Y caer derrotados? Mediante un narrador muy poco fiable que cuenta un anécdota a sus amigos quedan estas preguntas en el aire en el divertido Inexplicable.
El tercer relato tiene el sugerente título de Camanances (un término hispanoamericano para los hoyuelos) narra mediante un audio de whatsapp los pensamientos respecto al enamoramiento de sus parejas de una nicaragüense afincada en España. ¿Es posible tener relaciones afectivas, disfrutar de ellas sin estar nunca enamorada?
En el cuarto relato, con el título de la población islandesa Husavik narra el matrimonio de una chica argentina con un pastor protestante islandes que deja varios interrogantes:
¿Cuánto tiene el amor de identidad? ¿Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos o somos lo que hacemos para evitar que nos cambien?
«¿Es posible el amor cuando todo ha cambiado? ¿Cómo tener la seguridad de que las personas en que van transformando los miembros de una pareja van a seguir congeniando de la misma forma que las personas que eran cuando se conocieron?»
Año nuevo es el título de otro divertido relato en el que un hombre allana su antigua casa para buscar una colección de sellos que su exmujer no le quiere devolver. ¿Qué es lo que echamos de menos de las relaciones acabadas? ¿Se puede comenzar de nuevo y olvidar la intimidad vivida con alguien?
Vuelve la ternura al relato Azul Lorena, donde la obsesión y la ingenuidad son las protagonistas. ¿Si riegas el árbol de la ingenuidad acabará dando como fruto la obsesión? Esta es la pregunta para la que tendrá que buscar respuesta el protagonista después del final del relato.
El último relato del libro da nombre al mismo. La cinta verde nos hará preguntarnos el papel que juega la compañía en el amor. A través de un recuerdo de su ex guardado por el protagonista ¿Cuál es el grado de importancia de la compañía? ¿Está por encima del cariño?¿Del sexo?¿Del deseo? Quizás la pregunta es, ¿Cuánto tiempo es necesario para que lo esté?

