Sergio Vargas.
Una edición conmemorativa recopila la serie de Carlos Giménez sobre las duras condiciones de vida en los Hogares del Auxilio Social franquista durante la posguerra, realizada entre 1975 y 2022. Paracuellos, la obra cumbre del dibujante Carlos Giménez, y probablemente del TBO español, cumple 50 años, y la editorial Reservoir Books lo celebra con la primera versión especial de la serie. Casi 600 páginas de historietas. Sin duda, no es para llevárselo a la playita, pero es un acompañamiento ideal y recomendable para estas vacaciones.

Quien no esté familiarizado con el mundo del cómic, pero tenga ciertas nociones de la historia española del siglo XX, podría pensar por el título que la obra trata de la matanza de Paracuellos de Jarama perpetrada durante la guerra civil por el bando republicano. Nada más lejos, la obra se centra en las vivencias de los niños alojados en una especie de campamento auspiciado por la Falange española en dicho pueblo.
En sus páginas se nos narra la educación mamporrera que se utilizaba contra aquellos niños: hijos de republicanos, víctimas de la guerra, familias pobres. Inculcándoles los valores del régimen a base de rezar a todas horas y cantar himnos patrióticos. Dice el proverbio que la letra con sangre entra, y del mismo modo lo hacía el nacionalcatolicismo en aquellos internados. A veces, literalmente: en una de las escenas, la directora envuelve a un niño con una manta para que no vea por dónde le van a caer los golpes y luego lo remata con un crucifijo.
La sucesión de vejaciones, castigos, insultos y palizas es tan grande que uno desearía que al volver la página apareciera un Superman que salvase a los niños, no sin antes darle su merecido a las “cuidadoras ” y al violento instructor falangista, como en un tebeo de la Marvel o en una película de Sam Peckinpah.
El autor, que publicó el último volumen de la serie en 2022, se basó en sus propias experiencias, ya que él mismo fue uno de esos niños criados en los centros de Auxilio Social. Hasta que consiguió salir en 1955 y empezó a trabajar como aprendiz en un taller de cerámica, antes de dar el salto al mundo gráfico.
El estilo gráfico de Giménez es inconfundible: niños de ojos velados y cansados, con orejas de soplillo, el pelo bien corto para evitar los piojos y unas piernas enclenques de aspecto quebradizo. Un imaginario que ha quedado asociado a la memoria colectiva sobre la guerra civil y la posguerra y que inspiró la estética de la película de terror El espinazo del diablo, de Guillermo del Toro. De hecho, la crudeza de su historia, la falta de erotismo o humor para adultos y su enfoque subjetivo hicieron que ningún editor español quisiera publicarlo inicialmente.
A día de hoy, Paracuellos es un clásico mundial, traducido a numerosos idiomas y objeto de estudios académicos, exposiciones y reediciones conmemorativas como esta edición total imprescindible en cualquier biblioteca.

