Redacción.

Con Autoayuda, Gabby Bernstein ofrece un nuevo peldaño en su trayectoria como autora y mentora espiritual, esta vez adentrándose en un territorio especialmente delicado: la reconciliación con los traumas infantiles y con las múltiples partes que conviven en nuestra mente. El libro se apoya en la Terapia de Sistemas de la Familia Interna (IFS), un enfoque terapéutico que considera los mecanismos de defensa como fragmentos internos a los que podemos acceder para sanar.

Uno de los grandes aciertos del texto es su capacidad para hacer accesible un marco terapéutico que, de entrada, podría parecer complejo. Bernstein traduce los principios de IFS a un lenguaje cotidiano, sencillo y profundamente empático. El lector no se siente abrumado por tecnicismos, sino acompañado en un proceso que, lejos de sonar clínico, se experimenta como una guía espiritual y emocional. Su propuesta de conectar con la “self energy” —esa energía sanadora interior— resuena con su estilo habitual, marcado por la compasión y la búsqueda de autenticidad.

El libro resulta valioso porque no se limita a describir traumas o heridas, sino que plantea ejercicios prácticos para dialogar con los distintos “yo” que se formaron en momentos de dolor. Desde esta perspectiva, el trauma no se oculta ni se patologiza, sino que se integra como parte de una narrativa personal que puede transformarse. La mirada amorosa hacia esas partes heridas es quizá la mayor contribución de Bernstein, pues rompe con la tendencia a rechazar o negar lo que nos incomoda.

Sin embargo, Autoayuda no está exento de críticas. Para algunos lectores, el tono excesivamente optimista y espiritualizado puede restar profundidad a un tema tan complejo como el trauma infantil. Si bien la autora se basa en su propia experiencia y en la práctica de IFS, en ocasiones parece simplificar procesos que en la terapia clínica real suelen ser largos y arduos. Esto puede generar la sensación de que la sanación está al alcance inmediato, cuando en la práctica implica un compromiso mucho más prolongado.

A pesar de ello, el libro cumple con lo que promete: servir como una puerta de entrada para quienes buscan comprender mejor sus heridas y empezar a reconciliarse con ellas. En lugar de ofrecer soluciones mágicas, Bernstein propone un cambio de mirada: pasar del juicio a la curiosidad, del rechazo a la aceptación.

En definitiva, Autoayuda es una obra que, sin reemplazar la terapia profesional, abre un espacio de autocompasión y reflexión. Es un recordatorio de que la verdadera transformación empieza en la forma en que nos relacionamos con nuestras propias partes internas.