Redacción.
Escribir como si ya hubieras muerto gira en torno a los intentos de Kate Zambreno de escribir un ensayo que le ha encargado una editorial universitaria. El ensayo debía tratar acerca de una novela del escritor francés Hervé Guibert en la que este relata su diagnóstico y desintegración a causa del SIDA a la vez que la muerte de Muzil (un trasunto de su amigo Michel Foucault) a causa de la misma enfermedad, sin embargo, se convierte en algo que desborda por completo ese primer objetivo para convertirse en un texto que reflexiona profunda e íntimamente acerca de la amistad entre escritores, acerca de los problemas del uso del yo en la escritura, acerca de la enfermedad y la muerte, y acerca, en definitiva, de cómo afectan a la escritura todas estas cosas.

Kate Zambreno va y viene en este libro de la amistad a la enfermedad, de la enfermedad al cuestionamiento de los sistemas sanitarios, de ahí a la obra de Hervé Guibert y de otros muchos artistas que, como gran lectora, sabe poner en relación, y todo esto mientras da cuenta de sus dificultades para escribir siendo madre de una niña de dos años y de nuevo embarazada. Y lo hace acompasando, a veces en vano, su propio agotamiento y dificultad para concentrarse con la debilidad, soledad y falta de tiempo de Guibert.


¡Este libro suena como una exploración brutalmente honesta de la escritura y la vida misma! Me encanta cómo Zambreno no solo reflexiona sobre la obra de Guibert, sino que también pone en primer plano sus propios desafíos personales como escritora y madre. Es como si el ensayo que originalmente tenía que escribir fuera solo una excusa para adentrarse en algo mucho más profundo y complejo.