Por Sergio Vargas /

Ana Belén regresó al Auditorio Alfredo Kraus con Más D Ana, un nuevo espectáculo tras 6 años sin grandes giras. No cabía un alfiler, el público canario tenía ganas de nostalgia y algo nuevo. Y así fue, repasando sus clásicos y su nuevo álbum, “Vengo con los ojos nuevos”. 

Ella es adicta a los escenarios y necesitaba traer algo pequeño nuevo debajo del brazo a parte de sus canciones más populares. En la apertura suenan los acordes de “Solo le pido a Dios”, el clásico del argentino León Gieco y nos vamos preparando para una noche inolvidable.

Vestida de blanco, sonrisa en los labios y habladora como siempre. Su voz no se resiente, su técnica menos y sus maneras de actriz no la abandonan ni cuando canta. Dominando la escena mientras combina lo clásico como “Yo nací en el 53” y la fogosa “Desde mi libertad” y novedades “Que no hablen en mi nombre” con su fondo bello y solemne sobre las niñas que sufren por el drama de Palestina.

También hubo tiempo para homenajear al cine italiano sonando “Cinecittá” incluida también en el nuevo álbum y donde la actriz comentó: “cierren los ojos e imaginen al gran Marcelo Mastronianni mientras la canto”.

La banda que le acompaña está perfectamente acoplada y dirigida por el hijo de la cantante David San José. Y llega el ritmo rumbero de “Mala para mis huesos” escrita por Victor Manuel con una letra con tintes nostálgicos. Pasada la hora llega el turno de “Vengo con los ojos nuevos” que da título a su nuevo disco. El rumbo del concierto se va compensando con la popular “Lía”, con la sublime “Peces de ciudad” y la inolvidable “El hombre del piano”. El clamor llegó con “Contamíname” compuesta por el canario Pedro Guerra seguidamente el público se pone en pie para corear “Agapimú”, volviendo la calma con el clásico “España camisa blanca…”  Uno iba sintiendo que recibía, sin reservas, de la cantante todo su corazón repartido en cada una de sus canciones.

Si no me equivoco, hasta un total de 25 canciones desfilaron en un auditorio de domingo compenetrado con la musa desde el primer minuto.  Ana Belén, es un icono de estilo a sus 74 años, solo había que ver el conjunto que lució en su espectáculo, un “look” monocolor blanco con pantalones con plumas, una mujer que no teme a nadie encima del escenario y menos a la edad.  Y llegó la traca final con el himno “La puerta de Alcalá” y el formidable viaje retro a Brasil con “Balancê”, haciendo que sus seguidores salieran del recinto más felices que unas pascuas.