Eduardo Suárez Fernández-Miranda.

Diría que en buena parte de mi obra pueden encontrarse aspectos de comedia, en el sentido de que el humor, en el caso de Centroamérica, es un mecanismo de autodefensa ante la grosería de la vida y los eventos históricos, el salvajismo con el que se han gobernado esos países. Ese humor no es tanto un propósito mío, es más bien comedia inconsciente. Horacio Castellanos Moya.

Horacio Castellanos Moya (1957) ha construido, con el tiempo, una obra literaria donde la guerra, la violencia y los regímenes dictatoriales influyen de manera poderosa en las vidas de sus protagonistas. Nicaragüense de nacimiento, el escritor centroamericano ha estado fuertemente arraigado en El Salvador. Este territorio, inmerso en conflictos políticos y militares, es el escenario fundamental de una obra que quiere ser reflejo y análisis de todo cuanto acontece en él.

Con el país centroamericano, Castellanos Moya ha tenido una compleja conexión. Con motivo de la publicación de El asco. Thomas Bernhard en San Salvador (1997), el autor tuvo que abandonar el país debido a las fuertes controversias que provocó esta obra. Las continuas amenazas recibidas le hicieron trasladarse a México. Allí emprendió una carrera como periodista que le llevó a convertirse en editor de diarios y revistas, principalmente en la Ciudad de México. Allí encontró un espacio para “el debate, el flujo de ideas, la confrontación de mentalidades, creaciones. Es un lugar que te nutre. No puedes tener esa perspectiva si vives en una ciudad centroamericana. Eso no quiere decir que escriba mejor. Pero te abre la mente”. Actualmente reside en los Estados Unidos, donde compagina su sólida labor como escritor con la docencia en la Universidad de Iowa.

Random House nos trae, en esta ocasión, un libro de relatos. Tras la publicación de Moronga, El hombre amansado o La diabla ante el espejo, novelas fundamentales del autor latinoamericano, ha reunido un conjunto de relatos cuya prosa presenta una variedad de registros que demuestra su extraordinaria capacidad de observación.

Con la congoja de la pasada tormenta, Horacio Castellanos Moya compila una veintena de relatos escritos a lo largo de veinte años, entre 1987 y 2007, lo que nos permite descubrir su evolución estilística. La maestría en la creación de personajes y ambientes se complementa con la riqueza de sus diálogos. Así, encontramos a “prófugos que huyen con el miedo como único e inseparable compañero de su exilio, desarraigados que han presenciado una violencia que les trastorna la vida, o inadaptados irremediables sentenciados a existencias terribles y sin salida”.

Los protagonistas de estos cuentos se sitúan al borde del precipicio. Su vida conlleva una tensión que los obliga a buscar, en el alcohol o la sexualidad, un bálsamo efímero a su trágica existencia.