Pilar Martínez Manzanares.
El último secreto de Matías Zimmermann es una de esas novelas que conquistan desde la primera página gracias a su mezcla precisa de intriga histórica, emoción contenida y personajes marcados por el peso de sus decisiones. El autor construye un relato que transita con soltura entre dos épocas —los turbulentos años previos a la Primera Guerra Mundial y la España de los cincuenta— para tejer una historia de secretos, lealtades quebradas y destinos que se cruzan de manera inevitable.

La novela arranca con la figura de Fabián Aguilera, un joven madrileño que busca escapar de una vida sin rumbo. Su llegada al Consulado de París parece, en apariencia, una oportunidad para empezar de cero, pero pronto descubre que su presencia allí responde a un plan mucho mayor. Los aliados lo han colocado en el epicentro de una operación destinada a obtener información crucial sobre los movimientos del káiser Guillermo. Este arranque, vibrante y lleno de tensión, sumerge al lector en un ambiente de espionaje clásico, con París como telón de fondo y un protagonista que debe aprender a moverse entre sombras y medias verdades.
Décadas después, el relato da un giro magistral al presentar a Matías Zimmerman, un hombre al borde de la muerte que contrata al expolicía Federico Andrade para encontrar a una mujer cuyo recuerdo se reduce a una fotografía tomada ante la Puerta de Brandeburgo. Lo que parece un encargo íntimo y melancólico se transforma en una búsqueda que desentierra un pasado lleno de revelaciones inesperadas. La promesa de un secreto inimaginable funciona como un motor narrativo irresistible, manteniendo la tensión hasta el final.
Uno de los grandes aciertos de la novela es su capacidad para entrelazar ambas líneas temporales sin perder ritmo ni coherencia. Los saltos entre Madrid, París, Berlín y Málaga están descritos con una sensibilidad casi cinematográfica, permitiendo al lector viajar por escenarios cargados de historia y emoción. Además, la trama de dobles identidades y giros sorprendentes está ejecutada con precisión, logrando que cada revelación tenga un impacto real.
El último secreto de Matías Zimmerman es, en definitiva, una obra que combina aventura, misterio y drama humano con una maestría poco común. Una lectura absorbente que demuestra cómo los secretos del pasado pueden iluminar —o destruir— el presente.

