La poeta Hilde Domin (Hilde Löwenstein, 1909-2006), de origen judío, ocupa un lugar central en la poesía alemana de la segunda mitad del siglo XX. El exilio (salió de la Alemania nazi en 1932) y, sobre todo, el regreso son acontecimientos cruciales de su vida y de su obra.

Doce de esos años fuera de su país de origen transcurrieron en la República Dominicana. Ese periodo, junto a sus dos largas estancias en España (1955-1957 y 1959-1961), antes de afincarse definitivamente en Heidelberg, fueron fundamentales en su escritura y concepción poética. No en vano ella se consideraba como una poeta española.

Sus experiencias de orfandad y tránsito entre lugares, entre culturas y entre lenguas nutren su poesía, que nace de la necesidad de autoafirmarse como creadora que busca una voz y un espacio poético propios y de la de expresar y dar sentido a esa rotunda experiencia. La reflexión sobre dichas vivencias le conduce al convencimiento de que “La vida es exilio. El exilio es la situación propia de nuestra condición de humanos”.

Domin no cae en la ingenuidad de negar el dolor, continuamente presente en su poesía; sin embargo (esta conjunción es relevante para caracterizarla), y pese a la dureza de sus condiciones vitales, no se regodea en él: la esperanza y la gracia son igualmente pilares consustanciales de su posicionamiento existencial.

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EIN BLAUER TAG

Ein blauer Tag
Nichts Böses kann dir kommen
an einem blauen Tag.
Ein blauer Tag
die Kriegserklärung.
Die Blumen öffneten ihr Nein,
Die Vögel sangen Nein,
ein König weinte.
Niemand konnte es glauben.
Ein blauer Tag
und doch war Krieg.

Gestorben wird auch an blauen Tagen,
bei jedem Wetter.
Auch an blauen Tagen wirst du verlassen
und verläßt du,
begnadigst nicht
und wirst nicht begnadigt,
Auch an blauen Tagen
wird nichts zurückgenommen.
Niemand kann es glauben:
Auch an blauen Tagen
bricht das Herz.

UN DÍA AZUL

Un día azul
Nada malo puede sobrevenirte
en un día azul
Un día azul
se declaró la guerra
Las flores abrieron su no
Los pájaros cantaron no
Un rey lloró
Nadie podía creerlo
Un día azul
y sin embargo había guerra

También se muere en días azules
en cualquier clima
También en días azules te abandonan
o abandonas tú
no perdonas
y no eres perdonado
También en días azules
algo se pierde para siempre
Nadie puede creerlo:
También en días azules
se parte el corazón.

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DIE SCHWERSTEN WEGE
Für R. H.

Die schwersten
Wege werden alleine gegangen,
die Enttäuschung, der Verlust,
das Opfer,
sind einsam.
Selbst der Tote der jedem Ruf antwortet
und sich keiner Bitte versagt
steht uns nicht bei
und sieht zu
ob wir es vermögen.
Die Hände der Lebenden die sich ausstrecken
ohne uns zu erreichen
sind wie die Äste der Bäume im Winter.
Alle Vögel schweigen.
Man hört nur den eigenen Schritt
und den Schritt den der Fuß
noch nicht gegangen ist aber gehen wird.
Stehenbleiben und sich Umdrehen
hilft nicht. Es muß
gegangen sein.

Nimm eine Kerze in die Hand
wie in den Katakomben,
das kleine Licht atmet kaum.
Und doch, wenn du lange gegangen bist,
bleibt das Wunder nicht aus,
weil das Wunder immer geschieht,
und weil wir ohne Gnade
nicht leben können:
die Kerze wird hell vom freien Atem des Tags,
du bläst sie lächelnd aus
wenn du in die Sonne tritts
und unter den blühenden Gärten
die Stadt vor dir liegt
und in deinem Haus
dir der Tisch weiß gedeckt ist.
Und die verlierbaren Lebenden
und die unverlierbaren Toten
dir das Brot brechen und den Wein reichen –
und du ihre Stimme wieder hörst
ganz nahe
bei deinem Herzen.

LOS CAMINOS MÁS DIFÍCILES
Para R. H.

Los caminos más difíciles
los recorremos solos,
la decepción, la pérdida,
el sacrificio,
son de la soledad.
Ni siquiera el muerto que responde a cada llamada
y no desatiende ningún ruego
se queda a nuestro lado
para ver
si lo logramos.
Las manos de los vivos que se alargan
sin alcanzarnos
son como las ramas de los árboles en invierno.
Todos los pájaros enmudecen.
Solo se oye el propio paso
y aquel que el pie aún no ha dado, pero que dará.
Quedarse quieto y darse la vuelta
no sirve de nada. Es preciso
haberse ido.

Sostén en la mano una vela,
como en las catacumbas,
la pequeña luz apenas si respira.
Y, sin embargo, si caminas durante mucho tiempo,
no tarda en llegar el milagro,
porque el milagro siempre sucede,
y porque sin la gracia
no nos es posible vivir:
la vela se ilumina con el aliento libre del día,
la apagas sonriendo
cuando sales al sol
y bajo los jardines que florecen,
se extiende la ciudad
y en tu casa se viste de blanco la mesa para ti.
Y los vivos que quizá se pierdan
y los muertos que siempre se quedan
te parten el pan y te ofrecen el vino –
y vuelves a oír sus voces
muy cerca
de tu corazón.

***

FÜRCHTE DICH NICHT

Die Rose sagte:
Fürchte dich nicht
meine Blätter sind heute
ganz stabil
Kein Windstoß wird mich
vor deinen Augen
entblößen.

Der Baum
atmet Vertrauen
und will daß ich mich anlehne.
Er sei bestimmt
nicht angehackt.

Das Vogelei
auf der Astgabel
hält das Versprechen
der kleinen weißen Balance.
Es ruht stille im Wind
bis den bangen Augen im Dotter
ein Federbalg wächst,

der auf den Zweig fliegt
und singt.

NO TEMAS

La rosa dijo:
No temas,
mis pétalos están hoy
bien prendidos,
ninguna ráfaga de viento
me desnudará
ante tus ojos.

El árbol
respira confianza
y quiere que me apoye en él.
Es seguro que
no va a ser talado.

El huevo de pájaro
en la horquilla de la rama
mantiene la promesa
del pequeño equilibrio blanco.
Reposa tranquilo en el viento
hasta que a los ojos temerosos de la yema
les crece un saquito de plumas

que vuela a la rama
y canta.

 

Traducción: Miriam Palma Ceballos

Estudió Filología Alemana en Salamanca, y de 1986 a 1989 vivió en Colonia. Actualmente es profesora titular de Filología Alemana en la Universidad de Sevilla, donde imparte clases de lengua y literatura alemanas. Su investigación se centra, entre otras líneas, en la escritura de autoras alemanas de los siglos XIX y XX. Su interés por el cuerpo y la expresión le ha llevado también a formarse como DMT (Danza movimiento terapeuta); publicó en 2008 la traducción de la novela El baño, de la escritora japonesa afincada en Alemania Yoko Tawada. En el ámbito de su creación literaria, ha publicado La huella de las ausencias. Un relato sobre Walada (reeditado por Maclein y Parker, 2017), así como los poemarios Desnombramientos (Maclein y Parker, 2019), Exilios. Hacia el azul (Sevilla, 2015) y Ruidos. Silencio. Ruidos (Sevilla, 2012). Ha publicado poemas en las revistas Nueva Grecia, En sentido figurado, Telegráfica, Estación Poesía y en diversas antologías.