Redacción.
Con una premisa cautivadora y una protagonista que rompe moldes, esta novela ofrece una experiencia de lectura que atrapa desde la primera página. Eliza, una joven acostumbrada a la rutina y la responsabilidad, se ve empujada a un mundo de lobos cambiantes, dioses antiguos y destinos entrelazados, tras lo que parecía ser una simple salida nocturna. Lo que sigue es una montaña rusa emocional que combina el suspenso, el romance prohibido y la fantasía épica con sorprendente fluidez.

La autora construye un universo rico en mitología propia, donde la diosa loba Frizza y el dios Balgasil aportan un trasfondo místico que eleva la trama por encima de los tópicos del género. El vínculo entre Eliza y Nikolay, el alfa de la manada, está lleno de tensión, deseo y conflictos, lo que le da profundidad a los personajes y complejidad a sus decisiones. El rechazo inicial de la manada añade un matiz emocional que resuena con cualquiera que haya sentido lo que es no encajar.
El don que Eliza recibe y su misión de reunir las otras dos dignidades abren la puerta a una saga prometedora, donde el destino y la identidad se entrelazan con peligros y revelaciones. Con una narración ágil, diálogos potentes y un equilibrio perfecto entre lo emocional y lo fantástico, este libro es una lectura imprescindible para los amantes de la fantasía romántica.

