Sergio Vargas.

Mi autor ruso favorito es Dostoievski, cuyos mejores libros no son solo exámenes profundos del alma humana, sino también desagradables, violentos, irónicos y a ratos divertidos. Haciendo memoria, la dramática vida de Dostoievski cuenta: con el asesinato de su padre, su ludopatía y su fracasado debut en la escena literaria de San Petersburgo. Y eso que el crítico más famoso de su época lo declaró un genio.

La cuidadosa editorial ALBA publicó hace unos años una actualización de su primera gran novela: “Humillados y ofendidos”, una novela romántica de corte social donde podemos encontrar el universo literario del autor ruso. Fue escrita a la vuelta de su retiro en Siberia, una pieza clave para entender el resto de su obra. Con amores imposibles en la Rusia del SXIX y dramas sentimentales.

La traducción de Fernando Otero y J. Ignacio López da un toque más renovado y mágico a la escritura del genio ruso. En un bando están los humillados cómo Nikolai atacado por el cruel príncipe Vàlkovski. Del otro, los ofendidos, Natasha la hija de Nikolai, seducida por el joven Aliosha, hijo del malvado Valkovski. El narrador es el escritor Ivàn, enamorado de Natasha y se ve claro que es el alter ego de Dostoievski.

Como vemos, son seres que se aman y se hacen daño, pero contra su voluntad, pues son generosos y buenos. Estas actitudes un poco masoquistas forman parte como un tatuaje del maestro, que las practico más de una vez en su vida.

Un melodrama donde el amor ciego lo mueve todo y es el que tiene humillados y ofendidos a esos personajes tan sensibles. No es una novela de protesta social sino de exaltación de los valores eternos, como el amor. Una lectura la mar de placentera, que se lee con entusiasmo y que nos deja sin energía.