Eduardo Suárez Fernández-Miranda.

Creo no haber confundido todavía nunca la ficción con la realidad. Pero una novela puede generar cosas y hechos en la realidad. La ficción acaba invadiendo la vida. No soy el primero ni seré el último escritor cuya vida se enriquece o condena o solamente varía por causa de lo que imaginó o fabuló y escribió y publicó. Javier Marías.

La maestría de la prosa de Javier Marías (1951-2022) no solo estuvo al servicio de sus novelas; pensemos en El hombre sentimental, Todas las almas, Corazón tan blanco, Negra espalda del tiempo o los tres volúmenes que forman Tu rostro mañana. Uno de los escritores fundamentales de la literatura contemporáneo en español también era un columnista brillante y polémico.

La editorial Alfaguara reúne, bajo el título de Así que pasen treinta años, setenta y cinco artículos que fueron publicados en el suplemento dominical de El País Semanal entre el 30 de enero de 2021 y el 11 de septiembre de 2022. El escritor madrileño reflexiona sobre los temas que más le preocupan en ese momento: “La ineptitud de los políticos, la maledicencia de las redes sociales, el deterioro en el uso de la lengua castellana, los smartphones como ‘instrumentos de vigilancia y control’… Todo interesa a Javier Marías que lo tamiza con un tono divertido y melancólico, al mismo tiempo que irónico, grave o compasivo.

Al mismo tiempo, se incluyen artículos en los que Javier Marías nos habla de aspectos más personales y de sus propios entusiasmos. En las doscientas cincuenta páginas del libro escribe sobre sus grandes pasiones: el fútbol, el cine, los libros o la música. Así que pasen treinta años nos acerca a un autor preocupado por los peligros que acechan a la democracia: “Nuestras sociedades están perdiendo la capacidad de escandalizarse. Esa fue siempre la estrategia y el objetivo de los dictadores más dañinos. Incurren en un desafuero tras otro, graduándolos; logran que la gente se acostumbre y ya no vea ni como anomalías lo que son aberraciones”.

Las novedades de otoño de Alfaguara reúnen, además, dos libros-homenaje que Javier Marías dedicó a dos grandes de la literatura del siglo XX: William Faulkner y Vladimir Nabokov. Si yo amaneciera otra vez y Desde que te vi morir incluyen una serie de textos que ya habían sido publicados de forma dispersa y en algunos casos estaban descatalogados. En Mano de sombra aparece, al igual que se hace en Así que pasen treinta años, una selección de sus colaboraciones en prensa. Y por último Miramientos, un conjunto de retratos breves de los escritores preferidos por Marías: Valle-Inclán, Borges, Benet, Cabrera Infante o Quiroga.