Redacción.
Donde habitan las sirenas es una novela que invita al lector a sumergirse en un viaje emocional lleno de nostalgia, reconciliación y esperanza. Con una prosa delicada y envolvente, la autora nos conduce a Vila Mareva, un rincón mediterráneo que se convierte en escenario de recuerdos, heridas y segundas oportunidades. La historia de Lucía, marcada por la promesa de no regresar jamás a la isla donde creció, se transforma en un relato universal sobre el poder del pasado y la necesidad de enfrentarlo para poder avanzar.

El regreso de la protagonista, motivado por la petición de su abuela, abre la puerta a un reencuentro con los paisajes de su infancia y con los fantasmas que aún la persiguen. Vila Mareva, con sus playas bañadas por el sol y sus aguas azules, no es solo un lugar físico, sino un símbolo de todo aquello que Lucía quiso dejar atrás: su primer amor, las decepciones y la crueldad de quienes marcaron su juventud. Sin embargo, también es el espacio donde puede hallar la redención y reconstruir los lazos rotos con su hermana Laura.
La novela destaca por la manera en que entrelaza las emociones con los escenarios. Cada descripción del mar, cada evocación del verano, funciona como metáfora de los sentimientos de Lucía: la calma y la tormenta, la claridad y la oscuridad. El encuentro inesperado y el secreto que sale a la luz añaden tensión narrativa, manteniendo al lector expectante y reforzando la idea de que el pasado nunca permanece oculto para siempre.
Uno de los grandes aciertos del libro es su capacidad para reflejar la complejidad de las relaciones familiares. El distanciamiento entre Lucía y Laura, y el esfuerzo por derribar los muros que las separan, se convierte en el corazón de la trama. La reconciliación no se presenta como un proceso fácil, sino como un camino lleno de tropiezos, pero también de momentos luminosos que transmiten autenticidad.
En definitiva, Donde habitan las sirenas es una obra que celebra la fuerza de los vínculos, la valentía de enfrentar los recuerdos y la belleza de reencontrarse con uno mismo. Es un relato que emociona y que recuerda que, a veces, lanzarse a la deriva es la única manera de hallar el verdadero lugar al que pertenecemos.

