Miles Kane en Barcelona, 4 de noviembre de 2013

 

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Por Elisenda Hernández Janés.

Ataviado con una preciosa Gibson negra y una camisa de leopardo (no tan preciosa), aparece Miles Kane en el escenario frente a un público no muy abundante pero efusivo. Nos da la bienvenida con caña guitarrera  de la mano de dos temas de su último disco You’re gonna get it y Taking over, y ya desde ese primer arranque vemos de qué palo va: acelerado y sonriente, el joven de Liverpool disfruta del directo como tan solo los artistas con sobrada confianza y rodaje pueden hacerlo. 

Sigue con el encanto retro y juguetón de RearrangeWhat condition am I in y la cabaretera Quicksand. Tras Better than that,  las cadencias jamesbonianas de  Kingcrawler –inevitable no pensar en The Last Shadow Puppets (lo que no es de extrañar, teniendo en cuenta su coautoría en ese espléndido disco que se sacó de la manga junto con Alex Turner) – nos llevan al galope hasta la oscura Give up, cuyo final enlaza muy logradamente con el Sympathy from the devil de los Rolling Stones. Los bailes y la euforia se acentúan con  Darkness in our hearts, un temazo que combina guitarrazos afilados a lo Strokes con un luminoso estribillo por el que resulta difícil no dejarse abrazar. 

2013-11-04 22.51.29El Miles más romanticón toma las riendas después con dos baladas de su primer disco: Take the night from me y  My fantasy, esta última muy bonita aunque, tal vez, demasiado parecida al Cornestore de los Arctic Monkeys. Tras los aires garajeros  de Tonight Inhaler, le llega el turno a la triunfal Don’t forget who you are, que da título a su segundo disco. Con su festivo final de palmas y la-la-las coreados por el público con entrega, Miles y su banda se despiden y dan paso a los bises. Aparece luego solo con una acústica para entonar la lennoniana Colour of the trap, arrastrada y hermosa como siempre. Come closer es la escogida para cerrar el concierto y dejarnos a todos más que satisfechos. 

Miles Kane es un tipo simpático y apasionado que aporrea su guitarrón con destreza y se mueve en el escenario con un carisma que ya quisieran muchos para sí (ciertos hermanos de Manchester, sin ir más lejos −cuya influencia es indiscutible en su sonido−podrían aprender mucho de la garra de su puesta en escena). La fiereza de la juventud y el talento urgente palpita en su directo como el rock’n’roll callejero del Merseyside que fluye por sus venas, haciendo de la suya una propuesta nostálgica al tiempo que refrescante.  Sus detractores dicen que no ha inventado nada nuevo y probablemente tienen razón. Con esos dos discos a sus espaldas y conciertos como el de ayer, no le hace ninguna falta. 

 

 

One thought on “Miles Kane en Barcelona, 4 de noviembre de 2013

  • el 7 noviembre, 2013 a las 5:31 pm
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    Una crónica muy acertada. Se nota el dominio en el tema de su autora.

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