Música Sur: milagro en Motril con Juan Carlos Garvayo


Por CGdlV.
Festival de música de cámara de Motril. Del 25 al 30 de septiembre.
Hace poco escuché a un político afirmar chulescamente en un acto público que con dinero hasta un “tonto de baba” programa bien. Si esta afirmación fuera cierta ninguna iniciativa cultural fracasaría, y cualquier concejal de cultura (de baba) sacaría la chequera y convencería a todos los públicos de asistir a conciertos de música clásica. Sin embargo ofrecer un producto cultural atractivo tiene algún secreto más que el presupuesto, y entre otras muchas cosas, es imprescindible apasionarse con el proyecto que se desarrolla. Desde la pasión por la música Juan Carlos Garvayo, pianista y miembro del Trio Arbós, ha hecho que en Motril suceda un milagro que en realidad son cuatro.

El primer milagro: Las entradas para Música Sur se suelen agotar a las pocas horas de sacarlas a la venta. Se trata de un festival de música de cámara, ese género minoritario del que Julius Drake nos hablara la semana pasada, en el que “sólo” hay músicos haciendo música juntos.

Juntamos a músicos que comparten mucho más que el escenario. Los colegas que acuden a Música Sur son amigos que entienden perfectamente la filosofía de este festival. Música Sur se convierte en un punto de encuentro entre amigos músicos que encuentran en este festival un remanso en sus ajetreadas agendas y una suerte de reconciliación con su profesión, a veces no tan grata, a través de la música que les gusta tocar (no la que se le impone), con gente con la que les gusta tocar. Esto el público lo percibe y nos lo devuelve con su agradecimiento y aprecio. Cuando tocas con gente con la que compartes un criterio musical similar, la música nace de manera fácil y espontánea. Las disensiones son mínimas y además suelen enriquecer más que fastidiar. ¿Qué es hacer música de cámara sino un diálogo fluido y enriquecedor hacia un objetivo común?

A eso se suma que, según Garvayo, la vida cultural es casi inexistente en una ciudad como Motril, y que el festival brinda una oferta de mucha calidad, por lo que se asegura el éxito. El Teatro Calderón se llena cada concierto porque se sabe que allí va a suceder algo especial, porque los programas están pensados para ayudar al público a escucharlos, con sus tensiones y relajaciones, sus contrastes y su clímax… Los músicos que allí han tocado perciben la intensidad de la audición y la electricidad del público, y han llegado a compararlo con la sensación de tocar en Berlín o en Viena. Sólo los que han estado en un concierto en estas capitales saben que allí el silencio y la atención se pueden cortar con un cuchillo.

El segundo milagro: Haber conseguido salir adelante económicamente precisamente durante los tres años de crisis económica. El festival surgió como parte de los actos de conmemoración del primer centenario del Puerto de Motril, con una aportación total de 24000 euros de la autoridad portuaria. Para completar, el equipo del festival ha tenido que reclutar un equipo de patrocinadores privados, desde empresas que hacen colaboraciones en especie hasta aportaciones económicas generalmente pequeñas: todo suma para poder hacer realidad el festival; existe una red de voluntarios que, al estilo de festival europeo, hacen suyo un acontecimiento importante para la ciudad; y no se puede olvidar la pequeña subvención de la Junta de Andalucía el año pasado, o la participación del Ayuntamiento de Motril en la edición de este año. Merece especial mención la generosidad de los intérpretes: Por el festival han pasado nada menos que José Luis Estellés, Joan Enric Lluna, Paul Cortese o el Cuarteto Diotima. En la edición de este año, del 25 al 30 de septiembre, se espera otra vez a los Diotima, además de al acordeonista Iñaki Alberdi, al flautista Alvaro Octavio, al percusionista Juanjo Guillem, y por supuesto al trio Arbós.

El tercer milagro: La interpretación de música contemporánea. Este año algunas de las obras programadas son un cuarteto para flauta y cuerda de Mozart, el trío de Ravel, la Folk Songs de Luciano Berio o el quinteto para cuerda y piano de César Frank. Pero entre estas piezas “asequibles” Garvayo ha engarzado sabiamente obras de compositores contemporáneos. No podía ser de otra manera: el Trio Arbós, del que es integrante, es uno de los grandes defensores e intérpretes de música contemporánea en España y gran parte de su reputación se debe a la defensa aguerrida de este tipo de repertorios. Las obras que se presentan este año son de Sofía Gubaidulina, Juan Cruz Guevara, Osvaldo Golijov, Michael Torke y Jesús Torres.

El cuarto milagro: Convertir este festival, en esta su tercera edición, en un acontecimiento “crossover” (cruce de caminos). A pesar del prestigio que Garvayo tiene que defender ante la gente del mundo de la clásica más influyente del país, que antes o después concederán al Trio Arbós el Premio Nacional de Música, ha tenido la valentía de invitar al dúo más inclasificable de la música cubana: Gemma y Pavel. Los escuchó por primera vez en 1995 y se enamoró de su música. Una serie de circunstancias concatenadas han hecho posible que pudiesen estar este año en Motril. Se trata de un dúo formado alrededor de la gran dama cubana de la canción del desamor Marta Valdés y formado al calor del Instituto Superior de Arte de La Habana. Sus canciones, que son retratos contemporáneos de una Habana en ruinas, son pequeñas joyas que Garvayo quiere compartir con Motril, simplemente por pasión por la música sin etiquetas.

Música Sur es un festival de música de cámara, y lo que hacen Gema y Pável con sus voces y una guitarra es estrictamente música de cámara. Su virtuosismo instrumental y su musicalidad son un verdadero prodigio ¡Ya quisiéramos muchos músicos “clásicos” hacer música con esa frescura y naturalidad! Y las canciones de Pável son increíblemente complejas desde el punto de vista armónico y rítmico. Me hace una ilusión tremenda compartir escenario con ellos. Este concierto de Gema y Pável en Música Sur se filmará y se grabará para una futura producción en DVD.

Escúchalo en Spotify:
Quinteto de César Frank
Trio para piano de Ravel
Gemma y Pavel: Domingo a.m.

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