La casa intacta

La casa intacta

WILLEM FREDERIK HERMANS

Traducción de Catalina Ginard Féron

Epílogo de Cees Nooteboom

GATOPARDO

Europa del Este, 1944. Un soldado holandés que lucha con un grupo de partisanos se refugia en una casa señorial durante un cese de hostilidades. La casa está casi intacta, ajena a los estragos de la batalla, y el partisano se instala en ella como si la guerra nunca hubiese tenido lugar: se baña, se viste con la ropa que encuentra en el armario, come algunos restos de comida. Cuando las fuerzas alemanas recuperan la plaza y unos soldados nazis llaman a la puerta, él decide hacerse pasar por el propietario de la casa. Pero ¿cómo se las arreglará para mantener el engaño?

La casa intacta es un clásico de la novela corta que, cuando se publicó en 1951, causó una enorme repercusión en la sociedad holandesa de la época, en los tiempos en que prevalecía el discurso de la heroica resistencia antinazi, donde se muestra —sin distinción de bandos— cómo la brutalidad de la guerra puede acabar con cualquier pátina de civilización.

Qué descubrimiento más maravilloso, la Segunda Guerra Mundial en cien páginas, una obra maestra menor que parece un sueño.

Ian McEwan

Una apoteosis de absurda crueldad sin precedentes en la literatura. Un universo sádico del que no es posible escapar con vida.

Cees Noteboom

Willem Frederik Hermans (1921-1995) fue un prolífico y versátil escritor holandés. Escribió ensayos, estudios científicos, poesía, cuentos y novelas; entre estas últimas cabe destacar El cuarto oscuro de Damocles (1958) y No dormir nunca más (1966). Se le considera uno de los autores más importantes del periodo de posguerra en Holanda. En 1977 obtuvo el Premio de Literatura Holandesa, el galardón literario más prestigioso de los Países Bajos.

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