‘Las uvas de la ira’ no se atraganta

MARISA ARIAS.

‘Las uvas de la ira’ es una novela intensa que se hace inolvidable. Con su lectura se ve reflejada claramente tanto una descripción natural del paisaje como otros numerosos pequeños temas de trasfondo que giran alrededor de uno principal y que pueden ir desde la mecánica de algunas camionetas, la cosecha de un campo, o la misma condición y pensar del ser humano.  

Se toca básicamente el tema de la emigración de muchos habitantes que iban desde la árida Oklahoma hacia la bella y moderna California. Y seguiremos los pasos, en concreto de la familia Joad, ante las duras condiciones en que los americanos tenían que sobrevivir en los  años 30.

Como el objetivo de una cámara para el fotógrafo, el autor John Steinbeck usando su narrativa nos transporta de forma transparente a ese momento y a ese lugar, dentro del drama histórico-real  que refleja. 

Esta familia es especial y única, así nos lo refleja su autor aunque fueron muchos miles de personas las que arrancaban con esas mismas ideas: fundamentalmente la esperanza de encontrar una tierra mejor para poder vivir. Digo ‘familia especial’ porque se arriesgaban, no se venían abajo tan fácilmente y seguían para delante a pesar de todos y de todo, con un espíritu de lucha difícilmente de quebrar y unos valores e ideales muy sólidos, buscando la luz y el verdadero sentido de su viaje. 

Ni las penurias, o la misma muerte los vencía. Al contrario, hacían de escudo protector. 

En los Joad todos los personajes tienen su importante función, pero si hubiera alguno que destacaría sería la madre Ma Joad  por su espíritu de decisión y nexo familiar junto a su  hijo Tom. 

Siguiendo la estela de la ‘tierra prometida’ esta familia sigue por los polvorientos caminos asistiendo y viviendo en sus carnes el hambre y todos los acontecimientos que le van ocurriendo ya sean personales o colectivos. Con el amanecer  o el manto de las estrellas, con el calor insoportable del verano o con las tormentas y lluvias torrenciales del cambio de estación. 

‘Todo abre en canal de desesperación al lector’. Lo que se traduce, sin duda a que este gran escritor mezcla en perfecta armonía realidad y ficción.  

Las uvas de la ira desarrolla de forma superior: la empatía, el amor, la comprensión, la amistad, la justicia, la solidaridad,  los valores…o sencillamente la fe a algo muy fuerte. Muchas grandes palabras de las que hoy por  hoy, no deberíamos de alejarnos y tenerlas bien presentes en nuestra sociedad y en este mundo, con estos duros momentos en los que nos hemos vistos  envueltos. Por eso no es de extrañar, que se alzara como la ganadora del Premio Pulitzer en 1940 y la podemos encontrar en la gran pantalla interpretada  por un joven Henry Fonda en el papel de Tom y tal vez muchos la conozcan pero recomiendo encarecidamente su lectura antes.  

Las uvas de la ira es una novela con mensaje o mensajes, muchos tal vez, según el lector, pero sin duda la reflexión, la  lucha, o  la dignidad son algunos de ellos. Esun homenaje a ese espíritu incorruptible, sin olvidarnos de la necesaria esperanza que tiene  un  ser humano para no autodestruirse nunca

Personalmente, ya se ha convertido en uno de mis libros favoritos e inolvidables.

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