El ‘diccionario visual’ de cátedra o cómo leer para ver

RICARDO MARTÍNEZ.

He aquí un magnífico e inestimable complemento de aquel otro libro que en su día nos ofreció Cátedra (un libro más especializado, más extenso en definiciones, más explícito en cuanto a la interpretación y significación de las imágenes por razón de su cometido específico) que fue su Diccionario de términos Arquitectónicos.

Lo que tenía éste de apoyo bien fundado respecto de una rama específica del arte cual es el de la arquitectura, ahora nos viene más diversificado en materias como pintura, escultura, arquitectura, así como lo que podríamos llamar artes decorativas y elementos complementarios en relación con la idea de creación y belleza: alfarería, heráldica, orfebrería. Y utilidad: ebanistería, grabado… Didáctica formativa al fin, pues aquí encontraremos, junto a la definición del Naos en un templo griego, la aclaración de un arte con definición propia de criterios como sea el arte nazarí. Todo ello avalado por magnífico apoyo gráfico a todo color

Cualquier interesado por el arte y la cultura apreciará siempre el valor de los diccionarios por cuanto en ellos, a través de sus definiciones (y aquí las voces aparecen, además, traducidas al inglés, francés, alemán e italiano, lo que ensancha el valor o alusión propios de cada voz), podrá realizar un recorrido instructivo y visual de cuanto orden teórico y material constituye el legado artístico que hemos heredado y que ha contribuido, en el tiempo, a conformar no solo nuestro acervo de conocimientos y razonamientos comparativos, sino a nuestra propia sensibilidad.

Qué sea un Mirador, cuáles son las distintas acepciones que encierre la palabra Misericordia o qué haya de entenderse por Modelado, por ejemplo, tienen aquí respuesta veraz, fundada, explicitada y gráfica de lo que un interés fundado para el conocimiento de arte pueda solicitar. 

Ello resumido en un lenguaje muy claro, didáctico y directo donde el interesado lector, además de respuesta, pueda obtener incitación –ya sea por el texto que lo define, ya por la imagen alusiva- a continuar con sus pesquisas e indagaciones en un conocimiento más amplio y alusivo a la materia que se trate.

Libros así, que no siempre, creo, obtienen el espacio debido a su justa difusión, creo que son necesarios como herramienta de ampliación de los saberes y, por extensión, a propiciar la curiosidad  más extensa y liberadora como ese futuro prometedor de nobles frutos que ya nos señaló el bueno de Platón.

Leer para entender, ver para distinguir: un precioso legado para aprender y disfrutar, un acicate para la imaginación, para la creación.

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