La frontera que habla

La frontera que habla

Del Orinoco al Amazonas

Morán Varela, José Antonio

LAERTES

El autor nos invita a que nos embarquemos en una metafórica canoa y le acompañemos por los ríos de las cuencas del Orinoco y Amazonas que delimitan la frontera de Colombia con Venezuela y Brasil por donde se adentró en 2017 justo después de los acuerdos de paz con las FARC.

Nos guiará, con la frescura del foráneo, a través de una narración que busca iluminar la opacidad impuesta por el conflicto bélico que dejó a la zona sin cronistas durante medio siglo.
Pero el viaje, repleto de aventura y contratiempos, no es más que el hilo conductor para trascender lo anecdótico, la excusa para convertir cualquier parada, conversación o incidencia en historias reveladoras de la esencia de una Colombia que, como si de un funambulista se tratara, necesita mirar hacia adelante para no caer al abismo que le rodea. Nada como transitar sus fronteras para reflexionar sobre lo que ocurre en su interior, nada como trasladarse por la marginalidad de su difusa y porosa periferia para descubrir en cada recodo voces en busca de oídos que les liberen de sus infinitos ecos, paisajes que claman por no acoger a individuos siniestros y sueños esperanzados con materializarse.
Los dispares personajes que con una naturalidad no exenta de drama se irá encontrando el viajero-lector, le retarán a introducirse por recovecos mentales con los que posicionarse ante los múltiples desafíos que le saldrán al paso. Es lo que ocurre cuando se presta atención a una frontera que habla. Es así como comenzará a familiarizarse con el que tal vez sea el país menos comprendido de Latinoamérica; y posiblemente, al final del recorrido, se unirá a Humboldt para proclamar que «La visión más peligrosa del mundo es la de aquellos que no han visto mundo».

Morán Varela, José Antonio

Tal vez por haber nacido en un pequeño pueblo (Castrofuerte, León, 1960), José Antonio Morán Varela siempre sintió la necesidad de ampliar fronteras. Sus licenciaturas en Filosofía (es profesor en un instituto malagueño), Antropología y Criminología, muestran tanto su apertura de miras como su entusiasmo por comprender el mundo circundante. No ha perdido ocasión en cada uno de sus numerosos viajes de empaparse de cuanto veía y de compartir cuanto anotaba.
Fue en Latinoamérica donde surgió una comunión especial entre lo intelectual y lo vital que no solamente se tradujo en conferencias y publicaciones varias sino, sobre todo, en posicionamientos críticos que le llevaron a estudiar el reciente movimiento indígena y a colaborar con sus comunidades en Guatemala (para contribuir a los acuerdos de paz), México (en los conflictos de Chiapas), Bolivia o Paraguay.
Pero ha sido la complicada y fascinante Colombia la que le ha seducido hasta el punto de publicar La frontera que habla para quien desee adentrarse en su lectura.

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