5.500 artículos de Azorín

JESÚN MILLÁN MUÑOZ.

Según el hispanista Edward Inman Fox, ha contabilizado un total de cinco mil quinientos artículos de Azorín, desde 1891 hasta 1965.

José Martínez Ruiz (Azorín), Monóvar, 1873, Madrid, 1967, es un escritor, de la generación de l998 que practicó todos los géneros literarios, especialmente el artículo periodístico y literario. Según Vargas Llosa, Azorín, “fue un creador más audaz y complejo cuando escribía artículos o pequeños ensayos que cuando hacia novelas”.

Cada escritor como todo ser humano es una mezcla entre su biología, su familia, su sociología, su educación, sus circunstancias y su metafísica. Azorín, no se salta esa ecuación, más compleja que la expresada aquí, pero la mayoría de humanos no escriben, se dedican a multitud de oficios y profesiones, y a lo sumo, hablan y dialogan, consigo mismos y con los demás, de todo ello. Un escritor, como Azorín, lo piensa-escribe-dialoga consigo mismo, y lo presenta a los demás, en forma de escritura, generaciones futuras y presentes, esperando su veredicto.

El ser humano necesita espejos dónde mirarse e interpretarse, quizás esa sea una de las definiciones más aplicables a cientos de miles de años de evolución, del ser humano, que ha pasado por diversas especies, especies humanas. Esos lunares de cristales que reflejan todo, dentro de si mismo y fuera de si mismo, nos ayudan a entender y comprender lo que somos, aunque sea parcialmente, a través de los saberes ortodoxos y no ortodoxos, es decir, más ciertos y verdaderos y en parte, demostrables, que el saber-conocimiento no demostrable, ni siquiera por la razón, diríamos, mitologías modernas o antiguas. Aunque aquí, no tenemos el tiempo de diseñar y describir un poco el concepto de mito.

– Narra Azorín, que el padre de Ortega y Gasset, que era el director del periódico donde trabajaba Azorín, le encargó que realizase unas crónicas y viaje por la Mancha, que después se convirtió en libro, del tercer centenario. Narra con estupor que sacó de un cajón un pequeño revolver, dándoselo, por si le sucedía algo en dicho viaje. Azorín narra que se quedó estupefacto.

Nos puede servir, esta anécdota, para muchas interpretaciones, entre otras, la concepción que se podría tener en aquellos días, sobre la España profunda del centro, lo que hoy se denomina la España deshabitada o vaciada. Quizás, ni entonces, ni ahora, se nos conozcan, siempre hemos servido, para una geografía de tránsito, para ir desde el centro a las periferias de la península, y que nuestra mujeres, han engendrado hijos, para la migración interior y exterior.

Pero este articulo, no es para indicar, en medio del bocadillo, como nos diría Umbral que decía Ruano, lo que queramos en nuestra libertad interior o exterior, sino para poner algunas notas, a la producción de artículos y periodística de Azorín, por dos diversas razones, una, una especie de homenaje a este autor, que como casi todo en esta Piel de Toro, se mezcla y se combina la ideología y la literatura y la política, y ha quedado, en muchos sentidos, herido por la historia y la Historia, y aunque recibe homenajes, tiene Fundación propia en Monóvar, también obras completas, se le ignora en demasía, quizás, por la razón anterior.

Y, en segundo lugar, el que redacta estas migas de palabras con conceptos e imágenes, intenta al leer-releer-pensar-repensar la actividad periodística del gran Azorín, la suya propia. Porque hay que beber-aprender-aprehender-degustar a los grandes maestros, que por estos lugares-lagares respiraron, no solo la Mancha interior, sino la gran mancha y Mancha que en definitiva es exágono asimétrico que es la Península Ibérica.

Como siempre, no voy a juzgar aquí, las ideologías de los autores, sus necesidades y sus conversiones, sea en esa época, no fue solo él, el que empezó en alguna de las formas de anarquía, pasó por todo el color del arco iris sociopolítico, para terminar, supuestamente en el otro extremo. Quizás, las experiencias de la historia de esta Celtiberia moderna, y las ocurridas en el mundo, y los viajes interiores y exteriores, hacen que las personas, que intentan libremente observar lo de dentro y lo de fuera, les lleva a moverse y removerse, por dentro y por fuera. Y lleguen, al pensamiento-idea, que “el orden es el fundamento de todo edificio arquitectónico, tanto sea material o intelectual o social o político o económico”.

Porque es la base del desarrollo y de la riqueza. Al fin, somos seres vivos y animales, como todos los individuos de todas las especies, necesitamos energía, energía alimentaria y energía en otros campos. Es más, nos podríamos definir y reducir casi todo, a nivel material, a la cantidad de energía, que “consumismos cada día, sea alimentaria, eléctrica, seguridad, etc.”.

Para terminar, yo invitaría, a los que moran en estos momentos en la España vaciada o en la España llena, a leer y releer su obra, pero especialmente los artículos, esos microensayos, que nos presentan muchas realidades de este país. Porque así veríamos el pasado de hace varias generaciones y el presente, así aprenderíamos del pasado para el presente. Y, especialmente, a los autores literarios y periodísticos, con más razón. Siempre aprendiendo de los maestros.

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