‘Estos peces sin ojos’, de Aránzazu Gordillo

REDACCIÓN.

La escritora Aránzazu Gordillo (Barcelona, 1984) publica Estos peces sin ojos (Ediciones Camelot), su primer libro de relatos. En su debut literario, la autora explora situaciones donde lo cotidiano y lo inesperado se entrelaza hasta el punto de crear una atmósfera enrarecida y delicadamente inquietante.

Esta abogada afincada en Barcelona cita, al inicio del libro, un verso del cuentista americano Raymond Carver, y de ese verso parte el título del libro y el alma de cada uno de los trece relatos que lo componen. Un verso que habla de unos peces que, a pesar de estar heridos y ciegos, se mantienen contra corriente, fieles a sus miedos y a sus extrañezas.

Y es que estos protagonistas podríamos ser cualquiera de nosotros, gente normal que lleva una vida normal. Pero como todos saben, la normalidad, observada con lupa, siempre termina por distorsionarse. Y es sobre esa distorsión, sobre ese otro ángulo desde el que se puede observar la cotidianeidad, desde donde escribe la autora.

«Una pareja se cita en un bar para poner fin a una relación que nunca llegaron a mantener. Un hombre espera durante días en un hostal a que algo ocurra. Una joven finge ser quien no es durante toda una noche, y años después comprobará la macabra consecuencia de aquel acto. Una escritora fantasma persigue a Vila-Matas en un festival literario. Dos amigas de la infancia se reencuentran, veinte años después, seguras de que sus vidas se han invertido.»

El libro se inicia con una protagonista de la que desconocemos el nombre (al menos al principio de la historia), una pintora que recibe una llamada para exponer sus cuadros en una prestigiosa galería de arte. El primer relato termina en pocas páginas, pero no la historia de esa mujer, que irá apareciendo de forma intermitente hasta en cinco de los relatos y nos dejará perplejos cuando nos acerquemos al último cuento. 

Enrique Vila-Matas protagoniza uno de estos trece relatos, a través del cual la autora logra un original juego literario con una obra del reconocido escritor, titulada Perder teorías (Seix Barral, 2010). A Gordillo le gusta jugar con la literatura y se vale de ese juego para crear un peculiar universo literario. En el libro también encontramos a Edgar Allan Poe y su emblemático relato La caída de la casa Usher. Y es que la autora realiza una particular versión del mismo y sitúa la acción en tiempos actuales y con personajes tan suculentos y retorcidos como los de Poe.

Con sutiles toques de humor negro y una buena carga de afilada ironía, el libro termina con un texto que remueve al lector. Y es que Vértices, el último relato, se conforma como una desembocadura en la que concurren varias de las tramas anteriores.

En Estos peces sin ojos la autora demuestra ser una gran conocedora del alma humana y todos sus recovecos, pues la principal característica que comparten todos sus personajes es, precisamente, esa latente humanidad. Y se hace con esa arma para hacer que el lector pase por diferentes sensaciones: del mero espectáculo —en tanto en cuanto vemos pasar meras escenas cotidianas— a la absoluta perplejidad. Gordillo sabe remover al lector, lo sacude y lo señala con el dedo sin miramientos. 

Y esas sensaciones que transmite son consecuencia de la prosa directa y ágil con la que escribe. La autora no se pierde entre extraños mecanismos literarios ni cursis dramatismos, ve la herida abierta y la observa de cerca, sin aspavientos ni melodramas. 

En Estos peces sin ojos encontrarán escenas cotidianas y personajes con los que identificarse. Historias que susurran en voz baja y que terminan dejando un poso de deliciosa inquietud cuando cerramos el libro.

3 thoughts on “‘Estos peces sin ojos’, de Aránzazu Gordillo

  • el 8 julio, 2020 a las 9:50 am
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    Lo leí la semana pasada. Es una delicia de libro. Se lee muy rápido y se me hizo corto. Hay varios relatos que juntos son como una novela. Muy recomendable.

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  • el 8 julio, 2020 a las 11:23 am
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    Soy reacia a leer obras primas, però me llamó la atenció el título y entré a comprar el libro. Me senté a ojearlo por encima tomando un café y cuando me dí cuenta iba por el tercer relato. Es un muy buena libro de relatos digamos cruzados. Seguiré a Aránzazu, no quieeo perderme lo que publique. Bueno regalo para el dia del libro.

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