‘Todo forma parte del plan’, la primera novela de Marisa Adal

SARA ARANDA MARTÍNEZ. @SarArandam 

Título: Todo forma parte del plan

Autora: Marisa Adal

Editorial: Cazador de Ratas

Marisa Adal es narradora y poeta. Licenciada en Ciencias de la Información ha dedicado su vida al ámbito de la comunicación y el sector cinematográfico. Todo forma parte de un plan es su primera novela

Traspasada la frontera de los cuarenta, el protagonista de esta historia es un músico que aún no tiene su canción. Su capacidad creadora es capaz de elevarle hasta el cielo, para después dejarle caer en la más profunda oscuridad. 

Hace tiempo que ni las drogas consiguen despertar a sus musas. Santa Clara, ciudad que acoge a quien se quiere encontrar, se convierte en su refugio. Un lugar donde hay espacio para el amor en todas sus formas. 

¿Es posible estar sujeto a tierra firme y perseguir, a la vez, anhelos que se disparan en vertical hacia arriba, y parecen inalcanzables? Para este músico que busca encontrarse, sí. Vive inmerso en estas contradicciones que le guían en la búsqueda eterna de la banda sonora de su vida. Un viaje en el que el lector hace de copiloto, y no puede más que entender los anhelos más humanos del protagonista. 

Todo forma parte de un plan es una novela narrada en primera persona. Los pocos diálogos que se establecen a lo largo de la historia los cuenta el propio protagonista, de quien desconocemos el nombre. Y ante la falta de conversaciones, las descripciones cobran todo el protagonismo. El transcurrir de la historia se narra con tanto detalle que acaba pareciendo poesía

Una historia sencilla con un protagonista tremendamente complejo. La magia de esta novela recae en cómo a pesar de no saber cosas tan básicas como el nombre del personaje principal, el lector es capaz de conocer sus anhelos más profundos. Una contradicción como las muchas que surgen en su pensamiento y que hacen que le sintamos muy humano. 

Las vivencias del protagonista de Todo forma parte del plan generan sentimientos tan reconocibles que esta historia atrapa. Es una novela en la que realmente no ocurre nada, solo describe a una persona que trata de entenderse. Sin embargo, todo lo que rodea al protagonista por pequeño e insignificante que parezca, consigue dotar de magia a esta historia. La amistad que mantiene con Samuel, el dueño del bar, es tan cercana que somos capaces de entender las miradas que entre ellos se dedican. Las relaciones amorosas de este músico frustrado son como la vida misma, a veces breves e intensas, otras duraderas y calmadas. Nos presenta al amor en todas sus versiones: tóxico, platónico, sencillo.

La música, como no podía ser de otra forma, tiene un gran protagonismo. Cada capítulo, cada emoción tiene una canción o un grupo asociado. Además, la carrera profesional de Marisa Adal se deja entrever en las rutinarias sesiones de cine que en una etapa de su vida al protagonista le hacen sentirse más valiente, incluso le elevan hasta la inspiración

Todo forma parte de un plan es un pequeño tesoro. Una novela de las que invita a devorar en una sentada y que en cada momento de la vida para el lector cobrará un significado. Una historia en la que el protagonista nos abre su corazón, para que cuando terminemos de conocer su relato, él haya entrado de lleno en el nuestro. 

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