Historias cruzadas de Nando López en un «Presente imperfecto»
Por Horacio Otheguy Riveira
La memoria para reconstruir el presente es una constante en esta serie de monólogos interiores que a su vez recapitulan relaciones con otros, parejas o no, voluptuosos o muy púdicos, en una espiral de creciente suma de verbos que se explican con síntesis académica, a través del DRAE, pero se investigan a lo largo de historias que necesitan encontrar un camino para asentar el presente, un hoy que se disuelve en los cuerpos necesitados de abrazos, en episodios truncos porque ni en el pasado ni en el puro ejercicio memorístico consiguen plena satisfacción.
Rebobinar, regresar, codiciar, arriesgar… cada verbo abre capítulos o conjugaciones literarias donde caben emociones intensas…
«Segunda Conjugación
desconocer(se)
- tr. No recordar la idea que se tuvo de algo o de alguien, haberlo olvidado.
- tr. No conocer.
- Dicho de una persona: negar ser algo suyo.
- tr. Reconocer la notable mudanza en alguien o en algo.
Un libro de madurez con adultos que hurgan en las frustraciones adolescentes claves para otras muchas decepciones en su búsqueda de sí mismos, en un torrente pasional con vivo protagonismo del colectivo LGTBIQ+, expresado con la sensible mirada de un escritor forjado en la literatura infanto-juvenil, así como en el teatro para mayores de 16 años: todo un arco en el que hablar con naturalidad de temas tabú hasta hace poco —y aún en muchos sitios—.
Nando López hace de lo prohibido o socialmente cuestionable un marco de referencia propio de espíritus libres que dan libertad a sus cuerpos confabulados en una unidad que padece y goza a buen ritmo.
Doce cuentos que van sumándose para dar un panorama vitalista, donde las pasiones, angustias y soledades se encuentran, inesperadamente, en un juego de espejos deformantes por donde, también de forma inesperada, se descubren facetas tan oscuras como luminosas, donde habitan monstruos interiores que conviven con innombrables bellezas.
«Normalidad» de aventuras y profundos sentimientos que, dentro de muy variadas relaciones sexuales, componen una sinfonía distribuida en relatos como si sumaran para crear una novela que al terminar habrán de continuar escribiéndola quienes hayan recorrido sus páginas.
«[…] Si esta fuera una de esas servilletas de bar en las que, en esta etapa de bloqueo perpetuo y de noes continuos, improviso relatos que nunca se publicarán, inventaría un final en el que llegaría un aviso. Mi pantalla parpadearía con una señal que llevaría tu firma y ante la que podría optar por acceder o por contenerme.
El desenlace sería rotundo, preciso. Con esa exactitud de las historias que fingen hablar de la vida pero que, en sus últimas líneas, se traicionan al ofrecer un cierre poético y que, por eso mismo, rara vez resulta verosímil. No sería, en ese caso, un relato realista, sino vengativo. Un cuento redentor donde me regalaría la posibilidad de superarte, o de olvidarte, o —por qué no— hasta de humillarte y que hablaría del deseo y de la dignidad del vacío y del orgullo, de las expectativas y del conformismo.
Pero si hiciera algo así estaría olvidando el temblor que me invade cuando me abro paso a través de ti. La respiración agitada de los dos cada vez que esta cama se convierte en nuestro espacio. Los labios que recorren gozosos el cuerpo del contrario, recreándose en la perfección del tuyo o en el modo en que juega a esconder sus complejos el mío. Y eso, por mucho que Lola intenta salvarme de mí mismo, no tiene que ver con dignidades ni con usurpaciones, sino tan solo con la voluntad de considerar esos minutos en que tus piernas se enlazan con las mías como el único tiempo posible. Este ahora que, mientras le doy la vuelta al móvil donde temo —a la vez que deseo— volver a encontrarte, es todo lo que tengo»…
NANDO LÓPEZ. PRESENTE IMPERFECTO. EDITORIAL DOS BIGOTES
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Otras creaciones de Nando López en CULTURAMAS
Vertiginoso thriller en «La versión de Eric»
Notable trabajo sobre «Tito Andrónico», de Shakespeare
Al borde del terror más íntimo «En las redes del miedo»
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