‘El temblor de la falsificación ‘, de Patricia Highsmith

ELVIRA FERAL.

El temblor de la falsificación es para muchos la mejor novela de Patricia Highsmith. Graham Greene era uno de los que lo pensaba llegando a decir: «Desde mi punto de vista, es la mejor novela de Highsmith, y si me preguntarán de qué va, diría que sobre la inquietud». Este elogio del autor de El americano impasible no es para menos porque esta novela escrita en 1969 cumple uno de los mejores requisitos que puede tener un libro: mantenerte entretenido, inquieto y atento. Incluso parece ser que era la única novela de la que Patricia Highsmith se sentía orgullosa.

Pero hay más que entretenimiento en esta novela, hay esa creación de una atmósfera absorbente, de inquietud, de desasosiego, especialidad de Patricia Highsmith. No hay venenos ni mayordomos pero sí personajes que se van tornando oscuros, que se mueven entre el bien y el mal y de los que se apropia la mentira. Y todo ello nos lo cuenta usando un lenguaje sencillo, sin ornamentos estilísticos, y contando la historia desde la lentitud, sin prisas.

El temblor de la falsificación es el título de la novela que está escribiendo Howard Ingham, un escritor que se ha instalado en Túnez para escribir los últimos capítulos. A medida que va escribiendo páginas y la vida de su protagonista toma forma la suya también va cambiando.

Nos encontramos en esta novela con un posible comportamiento criminal del protagonista dentro de una trama sencilla donde un objeto tan preciado para un escritor como la máquina de escribir ocupa un lugar relevante.

Uno de los debates que plantea la autora en esta novela es si creamos nuestra propia personalidad y nuestros valores o nos los crea la sociedad en la que vivimos. También nos hace preguntarnos cómo podemos dejarnos llevar por las normas de manera extrema y cómo lo ilegal y lo inmoral se ve de otra forma, tiene otros matices, al vivir en un país extranjero que nada tiene que ver con el nuestro.

Hay mucha credibilidad en esta novela, no solo en la atmósfera, en la trama sino también en los diálogos, en la relación de unos personajes con otros. Una novela magnífica de la dama del suspense, amante de los gatos y la soledad.

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