‘Manual para las mujeres de la limpieza’, de Lucía Berlín

MARISA ARIAS.

Hay escritores que se escudan en la ficción más que en la realidad para comunicar. No es el caso de esta autora Lucía Berlín. Ella retrata a simple vista su vida a retazos. Nos sumerge en relatos cortos como gustosos sorbos de agua. Pequeñas historias basadas en sus recuerdos, experiencias, circunstancias, vivencias, sentimientos..en suma, su vida tal cual, expuesta como en un escaparate donde al pasar podemos ver colores y formas que nos atrapan en armonía. La facilidad de palabra en la narración y la forma en llegar al lector,  se hace notar.

Tampoco creo sea demasiado fácil transmitir con tanta transparencia. Como una detallada radiografía de ella misma y de su entorno, aunque haya pinceladas de ficción, estas están muy bien camufladas. Lucía Berlin describe, como vivir una grave enfermedad de su alrededor, como cuando llegamos a una lavandería a dejar nuestra colada y debemos esperar. La autora es una gran observadora, sin duda. Eso es un poder para transmitir bien. Los capítulos sueltos pueden llevarnos a su realidad, como digo, pero con cierto orden en general. En la última parte se vuelve algo más serios que los del principio, pero siempre derrocha carisma. Y libertad, mucha libertad.

Además cuando se tienen cuatro hijos que criar, y a momentos sola, una madre se ve obligaba a coger cualquier trabajo para poder sobrevivir. En este caso ella luchaba por sobrevivir pero también por disfrutar, se podría decir que ambos mandamientos van en paralelo con ella. Siempre con un ‘Carpe Diem’ bajo su brazo. Y aunque tuvo varias relaciones de pareja y una agitada vida personal, siempre sacaba tiempo para escribir. Su narración como digo antes, es sencilla, singular y única a la vez, yo diría que eso la hace transmisora, transgresora y más sincera de lo que muchos creen.

Todo lo que escribe desprende verdad y esto apabulla, asombra y emociona. Frases cortas y concisas que lo dicen todo. Y uno termina por empatizar en el fondo de toda la cuestión y donde hay comedia, te encuentras drama y/o al revés, pero con mucha intensidad e inteligencia. Es que en realidad la vida es así, blancos, negros y .. grises ¿por qué no? pero con un toque de humor negro que la caracteriza y que al leerlo engancha y fascina. Esta autora es tan natural en todo lo que toca y, en este libro no podía ser menos. No esconde nada, al menos nada que se escape al lector.

En este libro su desorden, es orden para el que sigue sus historias y tan importante ‘lo que cuenta’, como el ‘como lo cuenta’. Consigue de camino vernos a nosotros mismos siempre en alguna situación y nos hace receptivos. Ella lo comparte todo sin importarle la opinión del lector o de la gente a su alrededor. Es a la vez tierna y valiente. Pues si, ambas cosas. Sus personajes son gente muy normal, que pasan por su vida. Este libro ilustra su vida desde su niñez a la madurez de forma lógica por eso a través de su relatos se ve el paso del tiempo.

En los variados nombres de sus capítulos que van desde ‘Lavandería ángel’ que es el primero a ‘Volver al hogar’ que es el último, pasando por ‘Triste idiota’,  ‘Carpe Diem’, ‘La vie en rose’ o ‘Mamá’, cualquier título sirve y es bueno para desarrollar una pequeña historia, ofrecernos en bandeja su interior, sin duda apasionante, y dejarnos con ganas de más. Los temas que trata por esta razón, son todos los que uno puede tropezar en la vida normal desde tener una mascota, cambiar de coche, pasarse por una tienda para comprar,  tener un hijo, hablar de un trabajo, de un marido, de una madre o de una hermana.

Es una gran lectura de la que se aprende y donde un gran prólogo y una biografía abren y cierran,  con brillantez, su pasar del tiempo como si fuera un curioso cuento. El cuento de su propia vida.

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