‘La joven y el mar’, de Catherine Meurisse

EDUARDO SUÁREZ-FERNÁNDEZ MIRANDA.

– ¿Cuál es su proyecto?

– Me gustaría pintar la naturaleza. Sería formidable renovar mi banco de imágenes mentales. Es excesivamente occidental.

Esto es, en esencia, lo que pretendía la ilustradora e historietista francesa Catherine Meurisse  cuando se trasladó a Kioto. Durante varios meses se estableció en Villa Kujoyama, una residencia para artistas, cuya idea original surgió del interés del poeta, y entonces embajador de Francia en Japón, Paul Claudel. Como Centro Franco-Japonés de Intercambios y Creación, se inauguró el 5 de noviembre de 1992. Meurisse quiso “inspirarse y retomar su labor bajo una nueva perspectiva, surgida en los ricos paisajes japoneses, con el fin de darle un nuevo sentido a su obra y redescubrirse a sí misma”.

Catherine Meurisse (Niort, 1980) estudió Lenguas Modernas e Historia del Arte en la Universidad de Poitiers. Pronto empieza a colaborar con la revista satírica Charlie Hebdo. En el año 2020 fue aceptada en la Académie des beaux-arts, en la sección de Gravure et dessin, siendo la primera historietista en formar parte de esta institución. Sus tareas en la Academia las compagina con sus trabajos en medios de comunicación escritos como Libération, Télérama, o L’Observateur.

Su obra como dibujante e historietista oscila entre sus peculiares manuales de literatura, llenos de humor e ironía, como queda reflejado en La comedia Literaria (Impedimenta, 2016), donde la autora francesa “nos sumerge en una alocada danza que rompe con los tabúes que suponen nuestros maestros para caricaturizarlos y llevarlos hasta extremos ridículos, mostrándonos sus grandezas y sus miserias, cada una más divertida que la anterior”, o Le pont des arts (Impedimenta, 2022), donde Catherine Meurisse emplea todo su ingenio en el dibujo y en el diálogo, para acercarnos a las extraordinarias relaciones surgidas entre escritores y pintores a lo largo de la historia: Proust y Vermeer; Zola y Cézanne; George Sand y Delacroix, o Diderot y Greuze.

Por otro lado, la ilustradora francesa ha creado unos álbumes donde la naturaleza cobra todo el protagonismo. Es el caso de su libro Los grandes espacios (Impedimenta, 2021), donde rememora su infancia en el campo: “Multitud de árboles que plantar, jardines en los que soñar y ser soñado… Cada esqueje tiene su propia historia y Meurisse observa y vive así la naturaleza por primera vez. (…) El lugar de su infancia , ¡donde se puede ser irresistiblemente libre!”.

En La joven y el mar la naturaleza vuelve a tener un papel muy relevante. A través de los pasos de la propia autora, nos adentramos en los paisajes del medio rural japonés. Tenemos la oportunidad de conocer la historia, y las costumbres de este misterioso país, pero de una forma divertida y desenfadada. Las ilustraciones creadas por Catherine Meurisse recuerdan, por momentos, a ese tipo de estampación japonés surgido en el siglo XVII bajo el nombre de Ukiyo-e,  grabados de una estética muy refinada.

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