‘Matar la geografía de los cuerpos de piedra’, de Laura Sanz Corada

NICOLÁS SALAS RAMOS.

Desde el título intuimos que en el libro se nos presentará el cuerpo considerado como mapa y que se afrontará la identidad de ese cuerpo como algo movible, en continua reelaboración según el espacio, el dónde, la geografía.

El libro se estructura en tres apartados sin título, únicamente encabezados por una numeración romana, conteniendo once poemas el primer apartado, catorce el segundo y veintiuno el último. En total son cuarenta y seis poemas, la mayoría sin título, en verso libre, algunos en prosa, de una extensión mediana ocupando la mayoría una o dos páginas, en torno a la treintena de versos de media cada poema.

Publicado en en noviembre de 2022, recibió el Premio de Poesía En El Mar organizado por la Editorial En El Mar.

. La autora

Laura Sanz Corada (Aguilar de Campoo, 1993) es licenciada en Antropología Social y Cultural por la Universidad de Granada. Ha realizado estancias académicas principalmente en países de Asia y de América del Sur. Cultiva sobre todo la poesía pero también el relato breve. Trabaja en proyectos comunitarios para un desarrollo más sostenible. Colabora en la organización y presentación de eventos culturales. Éste es su primer libro publicado.

. Principales temas del poemario.

– Atravesar la herida-hueco. El dolor (Apartado I del poemario).

La corporeidad de todo ser humano y especialmente la de las personas con capacidad de menstruar es condición de posibilidad del dolor. Pero sucede que hay zonas de esa corporeidad en las que aparecen grietas, un hueco, un vacío donde esa materialidad se interrumpe y sólo es un “espacio-entre”. Es en estas zonas, que la mayoría de las veces constituyente una herida y, por tanto, son el resultado o el fruto del dolor, donde se presenta la oportunidad de “atravesar” esa corporeidad. Habitar, hacer nido en esa herida como un ave, principal imagen de este apartado del libro. El nido es el espacio que posibilita la vida, su cuidado y conservación, y se construye ese nido justo en ese hueco, en esa herida, en esa consecuencia del dolor. Dolor como condición para la vida; dolernos para ser.

Es en los siguientes versos del quinto poema de este apartado donde se condensa lo anteriormente expuesto: “Nadie me había contado / que todas anidamos / una / grieta /   /dentro”.

Abundan por otro lado los verbos en primera persona, produciendo un tono intimista y confesional en todo el poemario.

– El antes del lenguaje. Cómo nombrarse (Apartado II del poemario).

En este apartado esa grieta se va a hacer cuerpo, se va a materializar en un vientre con capacidad de gestar. Será ese nido “dentro” que tendrá que abandonarse, ese hueco que tendrá que atravesarse hasta un afuera que haga posible que una vida, otro cuerpo, lata y respire de forma autónoma e independiente.

“Nombrar” es condición para ese “atravesar” que haga posible que otro cuerpo viva. Concepción pues del lenguaje como elemento dador de vida, de existencia, que se funde y es uno a la vez con el otro elemento fundamental: el dolor.

Así, por un lado leemos en este apartado, en cuanto al lenguaje, versos como: “Si yo le diera a usted mi camino / si rompiera el lenguaje / si inventara mi origen, pasaporte lejano / de un país sin latidos” (tercer poema de este apartado); “¿no es nuestro dolor / de temperatura / un punto agitado / que merece la palabra” (poema quinto, titulado “Delhi”). Y por otro lado, en cuanto al dolor, la voz poética se ocupa de aquellas ocasiones en que a ese dolor de gestar no le sigue el correspondiente disfrute por parte de la persona gestante del fruto de ese dolor, de ese otro cuerpo con vida, como son los casos del robo de bebés o de los vientres de alquiler (que en realidad suponen una forma también de robo). “Cuando llega el intruso / los órganos palpitan / el útero se agota / con los dos, tres niños / que mendiga el estómago” (octavo poema, titulado “Wombs in labor”).

– La respuesta a “quién” es “dónde”. Una identidad en tránsito (Apartado III del poemario).

La pregunta que la voz poética se hace en los versos que cierran el apartado anterior “Desde el choque con tus huesos pienso / ¿Cómo sería la forma de mi vientre / si alguna vez decido / cruzar?” es respondida en forma de aceptación del reto de “cruzar” en este último apartado del libro. Es en esta parte donde más presente está el afuera que, percibido por los diferentes sentidos, va construyendo una identidad desplazada que va y viene del propio cuerpo a los espacios, a los lugares, a la geografía, y que es entre estos dos puntos entre los que se construye en una especie de permanente balanceo.

Luminoso y esperanzador resulta el penúltimo poema, en prosa, de este apartado: “si abres la boca al zumbido de la abeja, permanecerás en su significado”, que viene a decirnos algo así como ábrete, no tengas miedo.

. Conclusión.

El poemario es un motor que pone en funcionamiento otros cuestionamientos que van en busca de un encuentro, de un balanceo que haga compatible lo propio del cuerpo con lo común de los espacios, lo individual con lo colectivo. Resulta una voz poética personalísima que tras herirnos donde más duele nos invita a mirar afuera, sustituyendo el miedo a lo distinto por la aceptación de lo diverso hasta asumir, sin mucho dolor, las variaciones, no todas decididas ni conscientes, de una identidad en continuo desplazamiento.

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