‘El síndrome del norte’, de Daniel Palencia

HÉCTOR PEÑA MANTEROLA.

Hace poco terminé la lectura de El síndrome del Norte, de Daniel Palencia. Es un libro en condiciones, más grueso que estrecho, más denso que ligero. Se publicó a finales de 2022 en Editorial Fanes, una editorial, a su vez, norteña. Como lector voraz avezado en la eterna búsqueda de una lectura sorprendente, me fijé en este título.

El síndrome del Norte es, sin cursivas que lo destensen, el efecto (o efectos) psicológico que padecen policías, guardias civiles y sus familias tras haber realizado su servicio en Euskadi o Navarra cuando ETA les mataba. Deterioro de las emociones, estrés postraumático, cambios de humor, ira… Esta nube negra opacará el sol durante toda la novela porque, a modo de thriller, de eso trata.

Daniel nos presenta una historia que abarca desde la formación de la organización terrorista hasta un hipotético futuro cercano, a modo de que el lector conozca de manera directa y amena tanto a ETA como a su contraparte en el Gobierno Español. Quizá contraparte suena duro. Pero lo que Daniel nos enseña del otro lado, o de este, para la mayoría del nuestro, es que las diferencias entre las personalidades líderes eran mínimas. Para ello se vale de una red de espías, de tejemanejes políticos, y de escenas macabras en una continua intermitencia entre pasado y futuro.

A lo largo de la obra seguiremos a varios personajes, entre los que destacaré a Andoni Miura, jefe en cierto punto de ETA; el agente Torres, un enigmático personaje carente de empatía; y a Lola Montenegro, una mujer destrozada cuando tanto su padre como su hermano fueron asesinados por la organización.

Narrar más sobre la trama sería desvelar demasiado, creo yo. Y estamos hablando de un libro en formato grande de 424 páginas y papel duro. Mi favorito.

El tono usado por Daniel me recuerda en cierto modo al de Carmen Mola, eso sí, cuando escribe en tercera persona. Algunos capítulos (que son fechas) están escritos en primera, correspondiendo a algunos de los personajes mencionados más arriba.

En lo personal, la lectura se me ha hecho ágil. Daniel no es un autor de descripciones largas y complejas, sino de los que narran sentimientos y se meten en la cabeza del personaje que ostenta el punto de vista, adaptando el tono de la narración al mismo. El ritmo fluye; los escenarios varían. Creo que la novela puede ser de interés tanto para aficionados a la novela histórica como de todo aquel que quiera aprender de manera divertida sobre el conflicto entre ETA y el Estado Español.

Como ya dije, El síndrome del Norte fue publicado por Editorial Titanium, y puede encontrarse tanto en su web como en Amazon o en las principales librerías de España.

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