‘El hombre que mató a Antía Morgade’, ante la resolución del misterio

MANUELA VICENTE FERNÁNDEZ. @ManuelaVicenteF

Como lectora me ha atraído siempre la narrativa de Arantza Portabales, (San Sebastián, 1973), autora a la que sigo desde sus inicios literarios en el campo de la minificción y la novela intimista, y que ahora irrumpe con fuerza en el género negro. Aunque cambie de género narrativo, Arantza sigue fiel a su forma de narrar, directa y precisa, como puede verse en la nueva novela que continúa la saga protagonizada por el dúo de detectives Abad y Barroso: El hombre que mató a Antía Morgade (Ed. Lumen) y consolida a la autora, tras los éxitos anteriores de ‘Belleza Roja’ y ‘La vida secreta de Úrsula Bas’.

Al igual que en las novelas mencionadas, en El hombre que mató a Antía Morgade, se aprecia la capacidad de la autora de recrear escenarios y abordar conflictos con un estilo natural que renueva la novela policíaca. Sin lugar a dudas, su receta funciona: capítulos cortos, alternancia de voces narrativas, lenguaje directo y sencillo, tramas en las que profundiza en la ambigüedad moral de los personajes y escenas muy visuales hacen que sus novelas tengan éxito para el gran público.

En El hombre que mató a Antía Morgade regresa el dúo de policías Abad y Barroso, personajes con el gancho literario de la química existente entre ellos, para trabajar juntos en un nuevo caso. La novela, ambientada en Santiago de Compostela, comienza con el reencuentro, en una cena, de un grupo de amigos que tienen en común el haber compartido hace veinte años una vivienda tutelada para menores en la que acaecieron diversos hechos. En la cena, que tiene lugar en la festividad del Apóstol, uno de ellos aparecerá asesinado durante el espectáculo de fuegos artificiales. Los detectives Abad y Barroso emprenderán una investigación que, a medida que avanza la trama y se suceden nuevos asesinatos, se va complicando llevándolos a indagar en el pasado de todos los protagonistas para hallar la clave.

El hombre que mató a Antía Morgade es una novela coral, compuesta por varios protagonistas, abordados por la autora desde el prisma del narrador omnisciente excepto uno de ellos, con el que adopta la primera persona. El retrato psicológico de los personajes, la exposición de los hechos y las pistas dejadas a lo largo del texto llevarán al lector atento, pese a las iniciales sospechas de quién es quién, a atar todos los cabos que lo conducirán a un final que no podía ser otro para dar sentido a la historia.

El hombre que mató a Antía Morgade, de Arantza Portabales: altas dosis de intriga y misterio en Compostela.

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