‘Mitos nórdicos’, de Neil Gaiman

POL ANTÚNEZ.

Los que esperéis una recopilación fidedigna sobre los relatos fundamentales de la mitología nórdica, os quedaréis exactamente en el mismo lugar que los que aguardáis expectantes, la aparición de un estilo y de una trama habituales en cualquier obra de Gaiman. Este libro, por lo tanto, debe entenderse cómo lo que es, una adaptación personal de distintos mitos nórdicos cuyo hilo argumental explora desde la formación de los distintos mundos originarios (Asgard, Alfheim, Nidavellir, Midgard, Jotunheim, Vanaheim, Niflheim, Muspell y Heim), hasta la vida y aventuras de Odín y de los dioses que le resultan más allegados.

Todo un contexto absolutamente grotesco en el que subyace de manera permanente la pasión del autor por el mundo vikingo y por el sistema de creencias estructurado alrededor del mismo, un hecho que le lleva a querer recuperarlo y adaptarlo al público actual, como nos indica en la introducción:

“Gran parte de las historias nórdicas se han perdido. Es mucho lo que ignoramos. Solo conservamos algunos mitos, que han llegado hasta nosotros en forma de cuentos populares o de reelaboraciones en verso o en prosa de antiguas historias. […] Leed las historias del libro y hacedlas vuestras…”

Esta adaptación consta de 16 historias breves sobre los dioses y la creación del universo nórdico, a las que, se les añade una presentación del autor, una explicación de los personajes principales y un glosario muy detallado sobre los conceptos que aparecen escenificados en cada relato. Cada espacio narrativo es independiente del anterior, aunque siempre suele contar con los mismos protagonistas, los dioses de Asgard.

Odín es sin duda el objeto de máxima atención, tanto en las dos primeras historias, que describen la estructuración de los distintos mundos (‘Antes del comienzo y después’ y ‘Yggdrasil y los nueve mundos’), como en las siguientes, las cuales describen el día a día de los dioses. Esta organización de la obra, es totalmente intencionada, porque se tiene en cuenta que Odín es el dios más representativo de la mitología nórdica y se pretende así resaltar su figura. Además, se trata de una estructura que ayuda de manera evidente a trazar una coherencia entre los distintos mitos. Dicha coherencia es discreta y difusa, pero aparece, o más que aparecer, se intuye, dejándonos una obra final que no tiene precisamente una lógica que facilite su comprensión y que nos permita conectar emocional y psicológicamente con sus protagonistas. El desarrollo de los acontecimientos obedece a una manera de ver el mundo, muy distinta a la que podemos tener nosotros cómo occidentales, y debemos estar preparados para ello. Primeramente, porque se trata de un estilo al que no estamos acostumbrados, muy agresivo y con un surrealismo muy acentuado, y en segundo lugar, porque el cambio de perspectiva moral en comparación con las historias a las que podemos estar acostumbrados nos puede generar un profundo rechazo, que tendremos que ir superando según vayamos avanzando en el libro.

Esto se plasma, en la violencia encarnada dentro de las historias, por parte de personajes como Odín, Balder o Thor, pero también en la capacidad de manipulación de dioses como Loki, al que no le importa provocar guerras, matar a gente o incluso atacar a sus seres queridos con tal de satisfacer sus aspiraciones personales. 

Pese a estas vicisitudes, también podemos ver, elementos con los que sí podemos empatizar. Uno de ellos, es sin duda el retrato de los defectos de los dioses, desde una perspectiva absolutamente ‘shakespereana’. Estos se humanizan de manera constante, cayendo en deficiencias propias de cualquier ser humano corriente, como pueden ser la envidia, la codicia, la traición, la ira o la lujuria. Algo que también es frecuente en la mitología clásica, teniendo en cuenta que los dioses del olimpo, en la Antigua Grecia, tenían actitudes similares en cada una de sus aventuras.

En un segundo plano, el antagonismo de Loki con el resto de los dioses de Asgard es algo que queda patente en cada capítulo, y también resulta muy atractivo, dejando ver, de manera constante, una relación de amor-odio que sitúa el conflicto a punto de estallar, en más de una ocasión, y que mantiene al filo la paz entre los distintos mundos de manera continua.

Con toda esta descripción calificaría a esta obra como recomendable para aquellos amantes de la literatura fantástica y del más profundo surrealismo narrativo, tanto por la peculiaridad de sus historias, de sus mundos y sus personajes, como por la agresividad explícita de sus tramas. A la vez tiene una gran cantidad de elementos mitológicos reales, lo que permite también crear un marco en el que podremos comprender y profundizar en las creencias, la organización y la visión del mundo de la sociedad vikinga. Todo esto acaba también haciendo de este libro, un gran atractivo para apasionados de la historia y de la cultura nórdica antigua. Sin duda una lectura que no os va a dejar indiferentes.

Pol Antúnez Nart

   

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