‘Hangsaman’, de Shirley Jackson

EDUARDO SUÁREZ FERNÁNDEZ- MIRANDA.

Minúscula inició su andadura en el año 2000 y, desde entonces, ha construido un catálogo variado, y de fuerte carácter literario. En él se refleja “un marcado interés por la cultura europea, por un patrimonio artístico que nunca ha entendido de fronteras y por escritores que, en épocas decisivas, descifraron con extraordinaria sensibilidad el signo de los tiempos. Pero en él tienen cabida igualmente obras de otros ámbitos geográficos: lo que hace un ser humano es como si lo hicieran todos, afirmaba Borges”. Escritores como Erika Mann, Franz Werfel, o Karl Kraus son parte de la nómina de esta prestigiosa editorial.

Dentro de la colección Tour de Force, una selección de la mejor literatura contemporánea, encontramos la obra de Shirley Jackson (San Francisco, 1916-Bennington, 1965), una autora que resurgió, en castellano, gracias a la labor de Valeria Bergalli, editora de Minúscula. La escritora estadounidense está considerada como una de las grandes damas del terror. Autores como Stephen King o A.M. Holmes, han reconocido su influencia.

La carrera literaria de Shirley Jackson se inició con la publicación de The Road Through the Wall (1948), una novela en la que narra la vida en Pepper Street, una zona residencial, aparentemente tranquila, de California. En esta obra ya se aprecian algunas de las características de su narrativa: la aparición de lo misterioso y terrible en el ámbito cotidiano. Ese mismo año publica La lotería, sin duda, su cuento más famoso. Hangsaman (1951), The Bird’s Nest (1954), The Sundial (1958), o Siempre hemos vivido en el castillo (Minúscula, 2012), su obra más conocida, son otras de sus novelas.

En Hangsaman, la última novela publicada por Minúscula, Shirley Jackson nos presenta a Natalie Waite, una joven de diecisiete años que está a punto de abandonar el hogar familiar, para iniciar sus estudios universitarios. Natalie ha vivido inmersa en un ambiente asfixiante. Una familia formada por “el padre, escritor mediocre y egocéntrico” y por “la madre, un ama de casa neurótica”.

La entrada de la joven protagonista en su nueva vida universitaria, no resulta como imaginaba. Jóvenes estudiantes ambicionas y un profesorado un poco dudoso, serán los personajes con los que tendrá que convivir. Poco a poco irá quedándose sola y aislada. Shirley Jackson va creando a su alrededor una atmósfera de un peligro incierto. Y ahí radica el poder de atracción que sentimos por la lectura de las obras de la escritora norteamericana: tenemos la sensación de que algo terrible va a acontecer, todo al borde de la pesadilla.

Shirley Jackson es una escritora que nos mantiene al límite de la realidad, con una gran sensibilidad  para mostrarnos los aspectos más oscuros de nuestra existencia. A través de las vivencias de Natalie, de su correspondencia, y de sus diarios, seremos testigos de unos hechos absolutamente desconcertantes.

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