‘De una batalla perdida’, de Svletana Aleksiévich

De una batalla perdida

Svletana Aleksiévich

Traducción de Marta Sánchez-Nieves

Nórdica

Madrid, 2024

47 páginas

 

Por Ricardo Martínez Llorca / @rimllorca

 

Pero, en nuestros días, cuesta hablar de amor

 

Un cuchillo sólo debería servir para cortar el pan. Repartir el pan debería ser una de las expresiones más hermosas de amor: uno se emociona cuando comparte desde el afecto. Pero al descubrir las herramientas, incluidas las que sirven al amor, el hombre creó también las armas. Así se han unido simbióticamente Eros y Thanatos, querer y matar, a través los mismos objetos. Luego, eso sí, vinieron las sofisticaciones, que terminaron en armas capaces de liquidar cien mil vidas en un único disparo. Querer hablar de amor y encontrarse con las consecuencias de la guerra. En eso ha consistido el proyecto literario de Svletana Aleksiévich, que tal vez sea la escritora galardonada con el Permio Nobel más merecido desde William Faulkner. El paisaje después de la batalla, las cenizas tras el desastre, son el sustrato desde el que extrae literatura. Demostrar que sobre el esqueleto y entre el aire quemado sobrevive la humanidad, su mayor logro.

«Vivía en un país donde nos enseñaban a morir desde pequeños», dice la escritora bielorrusa en este De una batalla perdida, que reproduce el discurso de la autora durante la entrega del Premio Nobel. Nos recuerda que lo que importa es relacionarse, ser en relación con los demás, con cada individuo y con el colectivo. Lo que se debe sentir, entonces, es la pequeñez, darnos cuenta de lo minúsculos que somos si tenemos en cuenta a todos los demás. De ahí que lo que importa sea la bondad, sea la solidaridad. De ahí este proyecto literario que nos remite al tema sobre el que pretende escribir: «Nuestro principal capital es el sufrimiento. No el petróleo o el gas, sino el sufrimiento». Ser testigo y dar testimonio es su particular manera de demostrarnos que no cabe rendirse, de demostrarnos que por muy tarde que se esté haciendo, todavía estamos a tiempo de rescatar algo de entre los escombros:

«Varlan Shalámov escribió: “He participado en una enorme batalla perdida por la renovación efectiva de la humanidad”. Yo recupero la historia de esa batalla, de sus victorias y su derrota». Y sus herramientas son las de la literatura, narrar combatiendo con el tiempo, «al igual que el escultor con el mármol», sostiene. Svletana Aleksiévich sigue empeñada en demostrarnos que la dignidad está a nuestro alcance, que para llegar a ella nos bastan las manos y la voluntad.

 

 

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