‘El príncipe feliz y otros cuentos’, de Óscar Wilde

EDUARDO SUÁREZ FERNÁNDEZ-MIRANDA.

“Es deber de todo padre escribir cuentos de hadas para sus hijos. [Y] para los adultos que aún mantienen las facultades, como los niños, para el asombro y la alegría, y que encuentran en la sencillez una sutil extrañeza”. Oscar Wilde

Si las principales características que atribuimos a Oscar Wilde (Dublín, 1854 – París, 1900) son su mordacidad, su ingenio y su extravagancia, con el volumen publicado por la editorial Libros del Zorro Rojo, El príncipe feliz y otros cuentos, hallaremos a un escritor cuyos textos están llenos de belleza y lirismo. Con un estilo cercano a los cuentos de hadas, Wilde escribió una obra imperecedera, que ha llegado hasta nosotros conservando toda su fascinación. Se incluyen en este conjunto, además del cuento que da título al libro, «El ruiseñor y la rosa», «El gigante egoísta», «El amigo fiel» y «El cohete extraordinario».

Publicados originalmente en 1888 por la editorial David Nutt, Libros del Zorro Rojo ha incluido las ilustraciones originales de Walter Crane y Jacomb Hood, creando, así, un ejemplar de gran atractivo. Se ha tenido el acierto de recuperar la excelente traducción que Julio Gómez de la Serna hiciera para la Editorial Biblioteca Nueva.

Oscar Wilde fue poeta, novelista y dramaturgo, además de un cuentista excepcional. El retrato de Dorian Gray (1891), su única novela, es uno de sus textos más recordados. Entre sus obras de teatro destacan El abanico de Lady Windermere (1892) La importancia de llamarse Ernesto (1895), o Una mujer sin importancia (1893).

En el catálogo de Libros del Zorro Rojo figuran otras dos obras de Oscar Wilde:

El fantasma de Canterville es uno de sus cuentos más conocidos. En él, Wilde hace gala de su humor y sarcasmo para relatar “las desdichas de un pobre fantasma anacrónico que no solo no logra asustar a sus nuevos inquilinos norteamericanos, sino que acaba siendo víctima de dos mellizos terribles”.

Salomé es una tragedia escrita en un solo acto, donde toma como referencia los Evangelios de Marcos y Mateo. Wilde se centra en la figura de Salomé, hija de Herodías. Atraída de forma obsesiva por Jokanaan, preso a manos de Herodes, y ante la indiferencia del profeta, no duda en pedir su cabeza para satisfacer sus deseos. Escrita en París en 1891, suscitó la censura y el repudio de la crítica. La lujosa edición de Libros del Zorro Rojo reproduce las ilustraciones de Aubre Beardsley y su traducción está a cargo del mítico Rafael Cansinos Assens.

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