‘Los diálogos’, de Jorge Luis Borges y Osvaldo Ferrari

EDUARDO SÚAREZ FERNÁNDEZ-MIRANDA.

Quienes han recorrido este manuscrito nos aseguran que esa experiencia es grata. Ojalá nuestros lectores no desaprueben ese generoso dictamen. Jorge Luis Borges

Se cumple, este año, el 125 aniversario del nacimiento de Jorge Luis Borges. La editorial barcelonesa Seix Barral ha querido rendir homenaje al gran escritor argentino con la publicación de Los diálogos, un libro en el que se reproduce, en su integridad, las conversaciones que mantuvieron Jorge Luis Borges y Osvaldo Ferrari, escritor y periodista argentino. Así las recuerda el propio Ferrari: “Al escucharlo, se abría una puerta a la inmensidad: el extraordinario tono de la escritura de Borges, la sorpresa y la maravilla constante de su originalidad, confluían en sus palabras”.

Su origen está en el programa de la Radio Municipal de Buenos Aires al que Borges fue invitado entre 1984 y 1985. Un conjunto de ciento dieciocho diálogos radiofónicos al que el autor de El Aleph sólo puso una condición: “Los temas no se acordarían de manera previa, simplemente fluirían a partir de su inicio a cargo de Ferrari”.

Seix Barral ha editado las conversaciones completas. De su lectura se desprende ese carácter espontáneo que tiene todo programa de radio. En ocasiones se echa de menos poder escuchar durante más tiempo las reflexiones de Borges, pero el tiempo en la radio es limitado. Los diálogos son variados. Borges y Ferrari conversan sobre política, religión, filosofía y, sobre todo, de literatura. El interés de este libro ha trascendido nuestro idioma, habiendo sido traducido al francés, inglés, italiano, alemán, portugués, o japonés.

Los diálogos se inician el 9 de marzo de 1984:

Osvaldo Ferrari: Empezamos, entonces, este ciclo de conversaciones por radio, Borges, y lo primero que quisiera preguntarle es cómo se siente, usted que se ha formado y expresado en el silencio de la letra, al expresarse o comunicarse por medio de la radio.

Jorge Luis Borges: Me siento un poco nervioso. Sin embargo, uno se pasa la vida hablando, y aquí estamos hablando usted y yo. La escritura es ocasional y el diálogo es de continuo, ¿no?

El escritor argentino tenía en ese tiempo 85 años. Y a pesar de su edad, escuchamos a un Borges lúcido y ameno, explicando de donde surgen las ideas de algunas de sus narraciones, el simbolismo de alguno de sus temas: los tigres, los laberintos, o los espejos. En el prólogo a la edición de 1986 de Los diálogos, publicada por Editorial Sudamericana Jorge Luis Borges recuerda que “como todos mis libros, acaso como todos los libros, éste se escribió solo. Ferrari y yo procuramos que nuestras palabras fluyeran, a través de nosotros o quizá a pesar de nosotros. No conversamos nunca hacia un fin”.

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