Eva Fraile (Reina Lectora)

Alejandro del Pino es docente, profesor universitario, investigador y escritor. Su primer álbum ilustrado se titula Profesiones imposibles para pintar futuros verdes y ha sido presentado en lugares tan emblemáticos como el Templo de Diana en Mérida o la Plaza de San Francisco de Badajoz. También son muchos medios los que se están haciendo eco de esta noticia, pues Alejandro del Pino no pretende que el álbum sea un mero divertimento que leer, sino algo más grande dentro de su marca Worlds Builder, una revolución educativa con ideas propias.

  • ¿Qué es Worlds Builder, Alejandro?

Worlds Builder no es solo una marca, es una brújula que señala hacia una literatura infantil y juvenil que enseña desde la imaginación y la creatividad. Es un espacio donde la fantasía no es evasión, sino una herramienta educativa poderosa, y donde la creación de mundos imposibles implica no solo a los niños y niñas, sino a todos los miembros de la comunidad educativa: maestros, familias y cualquier adulto que desee soñar en voz alta. Porque construir futuros empieza, necesariamente, por atreverse a imaginar.

  • ¿Por qué comenzar esta serie de álbumes ilustrados con Profesiones imposibles para pintar futuros verdes?

Porque la ecología ha formado parte de mi vida mucho antes de ser escritor; primero como docente, y después como investigador. Mi Trabajo de Fin de Máster y mi tesis doctoral nacen desde la ecocrítica como herramienta interdisciplinar: una mirada que permite analizar textos literarios no solo para comprender el mundo, sino para cambiarlo desde la escuela. Este álbum ilustrado es la materialización natural de ese compromiso: una obra que invita a pensar, sentir y actuar en favor de un futuro más amable, verde e inclusivo.

  • Sabemos que, aunque estás en pleno lanzamiento de este álbum, ya tienes boceteado el siguiente e, incluso, una novela. ¿Nos puedes hablar sobre esto?

Así es. La novela avanza con paso más lento, con la delicadeza de quien construye un mapa sin aún conocer todos los caminos. Tengo muchas ideas anotadas, algunas esbozadas, otras aún inconexas. En este sentido, me encuentro plenamente centrado en el formato de álbum ilustrado, pues tengo escrito y organizado un nuevo título que gira en torno a la creatividad, a esa forja interior que nos hace imaginar, inventar y reinventarnos cada día. Y que, como bien sabemos, también necesita ser cuidada y alimentada desde la infancia.

  • Entonces el tema central de Profesiones imposibles para pintar futuros verdes es el medio ambiente, ¿verdad? ¿Pero podemos encontrar algunos otros?

Por supuesto. Además de la ecología, el álbum pone en valor la creatividad, la imaginación, la capacidad de reflexión y la importancia del debate. A través de sus páginas, y especialmente gracias a las propuestas pedagógicas accesibles mediante su código QR, se ofrecen actividades que permiten trabajar no solo contenidos curriculares, sino también aspectos transversales esenciales para la formación integral del alumnado. Es un libro que no se cierra con la última página, sino que se abre a nuevas posibilidades en el aula y en casa.

  • Alejandro, ¿crees que en los adultos también es puede influir a crear un mundo mejor?

Por supuesto. Los álbumes ilustrados son una herramienta poderosa para fomentar el diálogo entre adultos y niños, entre maestros, familias y alumnos. Ese diálogo, constante y bidireccional, no solo ayuda a que los más pequeños reflexionen y aprendan, sino que también nos obliga a los adultos a revisar nuestras propias certezas, a reaprender desde la curiosidad y la ternura. Porque educar es un viaje compartido y, si queremos un mundo mejor, todos debemos formar parte del trayecto.

  • Como profesional de la educación, ¿cuáles son los principales obstáculos que te has encontrado en estos últimos años a la hora de transmitir esta serie de valores?

El principal desafío reside en la atención del alumnado, cada vez más distraída debido en parte a un uso no inadecuado de las nuevas tecnologías y a un contexto sociocultural que dificulta la calma, la reflexión sostenida y la memoria duradera. En esta era de la inmediatez, enseñar desde la pausa, la concentración y el asombro es una necesidad urgente. Recuperar la capacidad de detenerse y pensar se ha convertido en una de las competencias más valiosas, y paradójicamente más escasas, de nuestra escuela.

  • ¿Vamos por buen camino a nivel educativo?

El camino es complejo y lleno de matices. La educación necesita más recursos humanos que permitan una atención realmente individualizada, y un equilibrio realista entre la innovación metodológica y los enfoques más tradicionales, que no deben ser descartados sin antes valorar el contexto en el que se aplican. Ni la tecnología puede ser la panacea, ni lo clásico el enemigo. Lo esencial es discernir cuándo, cómo y para qué usar cada herramienta.

  • Este es el mes de las famosas pruebas de Selectividad. ¿Qué opinas sobre estas pruebas?

Toda evaluación es necesaria para detectar necesidades y potencialidades, pero no debemos olvidar que la Selectividad pone a prueba algo más que conocimientos: enfrenta a los estudiantes a sus propios miedos, dudas y ansiedades. Por ello, docentes y familias tenemos el deber de acompañarles también en el plano emocional, enseñándoles a entender esta etapa no como un juicio final, sino como un peldaño más en el largo y valioso proceso de aprendizaje y crecimiento.

  • Y para terminar y conocerte un poquito más, Alejandro. ¿Qué te influye a la hora de escribir? ¿En qué te inspiras? ¿Cuáles son tus referentes?

Mi inspiración nace de la fantasía, de ese territorio inagotable donde todo es posible: antiguos imperios, tesoros de civilizaciones olvidadas, pasiones inmortales y gestas que aún están por contar. Leer a Tolkien me enseñó que todo gran mundo empieza con una lengua y un mapa; Robin Hobb me mostró que incluso los héroes más rotos guardan la chispa de la esperanza; y Patrick Rothfuss… bueno, Rothfuss me recordó que el silencio entre las palabras puede ser tan poderoso como las palabras mismas. De ellos, y de tantos otros soñadores, intento aprender cada día el arte de tejer realidades que aún no existen, pero que podrían, si nos atrevemos a forjarlas.