Horacio Otheguy Riveira.

En la Nueva Orleans de 1937, una rica viuda, la señora Venable, ofrece al doctor Cukrowicz los fondos para crear un hospital a condición de que practique una lobotomía a su sobrina Catherine. La señora Venable se encuentra perturbada por la reciente muerte en Europa de su hijo Sebastian, con quien solía viajar todos los veranos, salvo el último, en el que Sebastian prefirió llevar como acompañante a su prima Catherine.

Ese cambio será la clave que se confesará en el tramo final: la hermosa prima como atracción para jóvenes muchachos que, en realidad, el guapo Sebastian desea para sí… Una ambición que llevará al trágico final que la madre, burguesa señora muy arrogante, no quiere oír de los labios de Catherine.

Anular la personalidad de una mujer -joven o madura- que no encaja con los preceptos morales o sociales de una familia: un tema primordial en varias obras de Williams, profundamente heredado de su propia historia, ya que su hermana fue encerrada en un psiquiátrico de por vida, convertida en poco más que un vegetal. Decisión tomada de su madre: un personajes funesto, sobrecargado de complejos y supersticiones, presente de diversas maneras en la obra del dramaturgo.

Agonía social y sexual presente de un modo diferente en este verano estrenado en 1958, unos diez años después de otras piezas con gran éxito. En este caso se incorpora al talento del autor para la creación de personajes valiosos entre diálogos vivaces, con una carga simbólica singular, de algún modo surrealista en la voracidad final de esos muchachos medio desnudos en una playa, fascinados por la sexualidad natural de una mujer hermosa, mientras el joven apuesto de familia rica los devora con la mirada, intentando alcanzarlos, como si el cebo de su prima tuviera suficiente poder de seducción para satisfacer su compulsiva libido.

Un reparto de lujo

El director Mankiewicz, a su vez director prestigioso de teatro, logra que el espectador de ayer y de hoy pueda involucrarse en la historia, conmoverse. Cada intérprete da en la tecla de su personaje, y actrices como Elizabeth Taylor, muchas veces puesta en duda, acusada de fría o distante, se sumerge en el sufrimiento de una belleza que descubrió una imposible perversión en un ser que adoraba, y que debe defenderse del odio de su tía ante un psiquiatra que investiga minuciosamente antes de actuar. Katharine Hepburn y Montgomery Clift, respectivamente, aportando la solidez de sus ya veteranas carreras.

El clímax de terror en las fauces de un psiquiátrico de segunda posguerra se exhibe con pocas, pero rotundas, imágenes, igual que la barroca elegancia de la mansión de la señora Venable. Intimismo y marcos sociales proyectan sus dominios con el medido dramatismo recreado por el director, quien domina muy bien la puesta en escena de un drama psicológico de mucha tensión con un protagonista ausente: Sebastian Venable, ya muerto al comenzar la función.

La última representación en España data de 2006, producida por el Centro Dramático Nacional, entonces dirigido por Gerardo Vera (2004-2011). Fue un trabajo muy logrado en la sala pequeña, Francisco Nieva, del Teatro Valle Inclán, donde brilló con luz propia Susi Sánchez, acompañada por Olivia Molina, dentro de un excelente reparto.

Mariano Alameda (Doctor Cukrowicz), Leopoldo Ballesteros (Chófer), Cristina Juan (Hermana Felícitas), Magda Labarga (Doncella), Borja Manero (Jorge Holly), Olivia Molina (Catalina Holly), Eva Pérez (Señorita Foxhill), Susi Sánchez (Violeta Venable), Carmen Segarra (Señora Holly). Músicos: Ernesto Duchesne Valdés (Percusionista), Tato Icasto (Pianista).

__________________________________________________

Otras obras de Tennessee Williams en CULTURAMAS:

Un tranvía llamado deseo

La alargada sombra de Tennessee Williams…

«Tennessee»: dos obras cortas y un entremés

________________________________________________