Los chicos están bien

Por Alejandro Contreras.

 

Laser (Josh Hutcherson) y Joni (Mia Wasikowska) son los hijos de Nic (Annette Bening) y Jules (Julianne Moore), una pareja de lesbiana que se inseminaron gracias al mismo donante de esperma. Laser tiene mucho interés en conocer al donante, y aunque él siendo menor de edad no puede solicitarlo, le pide a su hermana que acaba de cumplir 18 que sea ella quien le pida a la clínica que le ponga en contacto con su padre biológico.

 

Y ése es Paul (Mark Ruffalo), un hombre bohemio que pasa sus días entre sus huertos biológicos y su exitoso restaurante sin haber sentado la cabeza aún. Le pilla por sorpresa que después de tantos años, la clínica de inseminación le llame para ponerle en contacto con sus hijos biológicos, y decide aceptar el ofrecimiento y conocerlos. La llegada de Paul a sus vidas será una dura prueba de fuego para toda la familia

 

La propia directora de la película, Lisa Cholodenko, tuvo que posponer el rodaje al quedarse ella embarazada de un donante anónimo de esperma, con lo cual sabe muy bien de qué está hablando en esta película. A medio camino entre la comedia y el drama, muy al estilo de Pequeña Miss Sunshine (2006), se plantea un tema bastante novedoso incluso dentro de la filmografía de temática gay.

 

En Los chicos están bien (2010) el hecho de que Laser y Joni pertenezcan a una familia donde los cabezas de familia son dos mujeres no es problema para ellos ni su entorno, con lo que la película puede indagar en otro tipo de situaciones. Julianne Moore, Annette Bening y Mark Ruffalo se sumaron a este proyecto desde su comienzo sabiendo que además de una película estaban participando en un proyecto que podría servir de ayuda y aliento para muchas personas, y llevar a un público amplio problemáticas y situaciones que no son tan habituales.

 

En aquellas cosas que a priori parecen más bizarras (el amigo idiota que piensa que su vida es como la de los chicos de Jack Ass (TV), las películas de porno gay de chicos que usan las dos madres lesbianas para calentar una noche de sexo salvaje entre ellas, entre otras) es donde la película se distingue como más auténtica y creíble, dos características que enriquecen todo el metraje.

 

No es una comedia donde te hinches de reír, pero sí que en más de una ocasión te saque una sonrisa. Tampoco es un drama dónde la gente tenga que sacar sus pañuelos, aunque hay algunas escenas que te dejan sin respiración. En concreto destaco una escena donde el personaje que interpreta Annette Bening, gracias a un efecto sonoro que viene ni que pintado, está tan afectada que deja de oír lo que ocurre a su alrededor. Realmente pone los pelos de punta.

 

Si la dirección y el guión son dos puntos fuertes de la película, el tercero es un elenco que está sobresaliente. En primer lugar las madres de la historia, Annette Benning y Julianne Moore, de las que soy incapaz de decidir cuál de las dos está mejor porque cada una tiene lo suyo. Mark Ruffalo y los actores más jóvenes que encarnan a los hijos, Josh Hutcherson y Mia Wasikowska, no desentonan en este elenco de tan alto nivel.

 

Ganadora de la sección Teddy dedicada al cine de temática gay del Festival de Berlin 2010 como mejor película, un par de Globos de Oro a la mejor comedia/musical y al excelente trabajo de Annette Bening y más de 50 nominaciones en diferentes premios incluyendo los 4 a los Oscars incluyendo el de mejor película. Con este panorama ya no sólo se ha destacado como la película de temática gay del 2010 sino que ha conseguido que una pequeña comedia esté peleando frente a los grandes títulos del año. Sin lugar a dudas una película que nadie debe perderse.

 

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