Doentes (2011)

Por Alejandro Contreras
 

 

Santiago de Compostela 1950. A Valeriano (Xose Manuel Olveira «Pico») ya no le valen sus historias sobre el trozo de metralla que le produzco su cojera. Como tantos otros, ha sido expulsado del viejo Hospital Real que se va a reconvertir en un hotel de lujo. Sin un sitio para dormir ni dinero para comprar nada, comienza a deambular por la ciudad junto a otro enfermo, Cañete (Antonio Durán «Morris»), que acaba de conocer esa noche. Valeriano le promete a Cañete que si le sirve de muleta le ayudará a encontrar esa noche una cama y sopa caliente, sin saber las verdaderas intenciones con las que Cañete ha venido realmente a Santiago de Compostela.

 

Segundo largometraje del director venezolano Gustavo Balzán que había sido un alumno destacado en la prestigiosa Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en Cuba. Tras muchos años en Galicia donde ha estado rodando principalmente material para televisión, deseaba volver a rodar un largometraje casi una década después de su debut en la pantalla grande con Caracas amor a muerte (2000). Fascinado por la obra original del malogrado Roberto Vidal Olaño, toda una institución en las artes gallegas, y sumado a la necesidad vital que tiene de hacer cine, se decidió a dar el salto de la televisión a la pantalla grande con esta historia bajo el brazo.

 

Doentes (2011), cuya traducción al castellano podría ser «enfermos» o «dolientes», es otra película sobre la posguerra, sólo que en esta ocasión está localizada en Santiago de Compostela y rodada en gallego. Para todo el equipo era vital mantener el idioma original con el que el autor escribió la obra ya que al traducirse perdía su esencia, aunque bien saben que es un hándicap para su próximo estreno comercial.

 

En esta película conoceremos a dos personajes que nos recuerdan a personajes clásicos de nuestra literatura como «El Lazarillo de Tormes«, «Luces de Bohemia» e incluso «Don Quijote de la Mancha«, aunque un giro en su trama final pueda recordarnos a las intenciones de cambiar la historia vistas en otras películas como Malditos Bastardos (2009) de Tarantino. Para el director no es más que una historia de perdedores, de gente que defiende su dignidad y de padres entregados por sus hijos.

 

Tiene gran mérito haber conseguido rodar en una ciudad tan ajetreada como Santiago de Compostela, con una agenda de rodaje durante las noches de lunes a miércoles, noches donde podían evitar el jaleo con el que universitarios y peregrinos animan la ciudad. Tampoco fue sencillo conseguir sonido directo con tanto bar en el centro histórico, y gracias a que la ley anti-tabaco española no había sido aún aprobada durante el rodaje en el 2010. Y para más inri, toda la película se rodó con una cámara fotográfica, la Canon 7D, que permite grabar video en alta definición al igual que ya ocurrió en un capítulo de la serie House (TV). Realmente la factura de la película no sufre por ninguna de estas circunstancias y han conseguido facturar un producto bastante digno.

 

Protagonizada por actores que son carnes de secundario, para ambos ha sido una oportunidad de disfrutar con dos personajes que llevan todo el peso de la película. Un accidente del primer día de rodaje provocó que Antonio Durán «Morris» tuviera que llevar durante toda la película un cabestrillo que no estaba en el guión original y que provocó que se revisaran escenas posteriores. Para ambos es un honor poder dar vida en esta adaptación al cine de un texto de alguien con quien ellos trabajaron en el pasado y conocieron bastante bien. Y es que para ellos la adaptación de Roberto G. Méndez hubiera conseguido la aprobación de Roberto Vidal Bolaño.

 

El equipo de Doentes (2011) está muy contento de haber conseguido que su película fuera seleccionada para el 14FMCE, un festival que no tiene prejuicios a la hora de programar películas españolas rodadas en lenguas que no sean el castellano. Ciertamente el uso del gallego es lo único que aporta esta película a la amplia filmografía que existe con el marco de la posguerra española, ya que muchos personajes y situaciones suenan ya a vistos y revistos.

 

La película no consigue desprenderse del carácter teatral de sus escenas y de sus diálogos, y tal vez aunque los actores defienden bastante bien sus papeles, tampoco son actuaciones tan sobresalientes como otras de esta edición del 14FMCE.

 

Difícilmente podrán emular la carrera que ha tenido Pa Negre (2010), no sólo porque un producto gallego no tiene tantos apoyos como los catalanes, pero no nos engañemos, Gustavo Balzán todavía no es Agusti Villaronga. Doentes (2011) es otra película más de la posguerra pero esta vez rodada en gallego.

 
 
 
Doentes (2011) se estrenó en Galicia el pasado 20 de mayo de 2011.
 

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